«Si hubiésemos tenido más paciencia, hubiéramos hecho algún gol más», dijo Adolfo Muñoz, técnico del Cacereño, satisfecho por la victoria ante el Azuaga, pero sobre todo por el comportamiento de sus jugadores. «El grupo que tengo es extraordinario porque, vayamos primeros o segundos, su compromiso es total. Y hemos pasado dificultades de toda clase», explicó, «ahora hay mucha competencia y no todos juegan, pero las ganas de entrenar y de aprender son enormes. Y eso, para un entrenador, es lo más grande que puede haber». Volvió a recordar el buen estado del terreno de juego, que ahora sí les «beneficia». «Ójala siga así», añadió para congratularse del acierto goleador del partido y de las escasas ocasiones de peligro («no recuerdo ninguna») que les creó el rival, «un equipo que generalmente genera muchas».

Mientras, Antonio Jesús Cobos, entrenador del Azuaga, dijo que el resultado lo dejaba todo claro. «Hemos empezado bien, pero tras el gol se ha puesto todo cuesta arriba». Se lamentó de que su equipo llegara muy mermado al Príncipe Felipe. J. J. TORBELLINO