El Extremadura gastó este fin de semana el comodín del público. Su afición, incondicional durante toda la temporada, había entendido el mensaje del club desde inicios de semana: lo del Rayo Majadahonda era una final. Una gran final. Y se pusieron manos a la obra para meter desde el graderío el primer gol.

Y lo consiguió una afición que nunca deja a su equipo. Más de once mil gargantas jalearon durante todo el envite a los suyos. Con empate primero, ganando después y tras el empate majariego más tarde. Pero el Extremadura no pudo estar a su altura y otra vez el triunfo se escapó entre las manos.

Desde primera hora del día, la afición se echó a las calles de Almendralejo ataviada con motivos azulgranas, como en uno de esos días grandes de playoff. Las peñas organizaron un multitudinario recibimiento a sus jugadores, agasajados en el trayecto que va desde el Hotel Acosta Centro a la puerta principal del Francisco de la Hera. Allí esperaron casi una hora los seguidores más incondicionales para dar el último empujón antes de que rodara la pelota. Pero no fue suficiente.

Tampoco lo fue el ambiente y colorido creado en el interior del estadio. Miles de globos azulgranas (gracias a empresas de la localidad como Dihex, Strata Pavimentos, Toldos Vidal y Destilerías Espronceda) se lanzaron cuando los jugadores azulgranas saltaron al terreno de juego para el inicio del partido. La estampa fue espectacular con un cielo repleto de globos azulgranas. Pero tampoco bastó.

Lo cierto es que la afición, entregada desde el lunes hasta la hora del partido, puso toda la carne en el asador para empujar a los suyos, incluso en los peores momentos de encuentro. Pero no bastó.

En el camino

En sala de prensa, Rodri lamentó en reiteradas ocasiones las oportunidades perdidas en ataque. «Hemos generado muchas ocasiones y nos han pitado un penalti claro. Creo que hemos avanzado en muchos aspectos. El partido es positivo y creo que es el camino a seguir. Hemos dado un cambio», argumentaba el entrenador.

Sobre los cambios, muy criticados por el respetable, el técnico argumenta que «le damos muchas vueltas a los cambios y no miramos el juego. Hemos tratado de sacar a gente de refresco», comentó cuando se le preguntó por el cambio de Perea. Lo cierto es que el jugador, en zona mixta, confesó que no fue un cambio por esfuerzo y que estaba bien para seguir, «aunque yo nunca me voy a enfadar ni por un cambio ni por una decisión de un entrenador».

Por primera vez desde que es entrenador del Extremadura, y con un balance de una victoria en los últimos diez encuentros, a Rodri se le preguntó por una posible destitución: «no pienso ahora en esto. Creo que el equipo ha hecho un gran partido y hemos hecho ocasiones claras, además del penalti no pitado y un balón que nos han sacado bajo palos al final. Haciendo este partido, lo normal es ganar siete de diez encuentros jugando así».

Nuevo ídolo

El que apunta a ser un futbolista clave en la posible recuperación del Extremadura es Alberto Perea. El manchego dio un recital de fútbol hasta que el técnico lo cambió. Empezó el partido caído a la banda izquierda, aunque generando mucho peligro en sus incursiones por dentro, incluido una jugada maradoniana donde tras varios recortes, el portero madrileño le sacó in extremis la pelota.

En la segunda parte, Perea fue clave partiendo desde la mediapunta. El partido le premió con un golazo que, finalmente, no serviría para los tres puntos.

A todos le sorprendió su cambio, ya que era el jugador llamado a romper el partido. Lo cierto es que, a ese nivel, si Reyes termina jugando, serán dos de los jugadores llamados a abanderar una reacción.