Al Extremadura le quedan noventa minutos y algunos más en el Cartagonova para tratar de cumplir su sueño de ser de Segunda División, pero a su afición ya no le hacen falta más gestos para saber que es de superior categoría. Almendralejo y sus valientes azulgranas han despertado. Y parece que lo han hecho para quedarse por mucho tiempo. Los menos habituales por la zona flipaban con el ambiente en los aledaños al Francisco de la Hera: «esto que tenéis aquí es oro bendito. Cualquier ciudad de cualquier punto de España con esta población pagaba por tener esta gente». Y así es. El aficionado luce y ondea orgulloso más que nunca la azulgrana, identificado con una forma de sufrir y sentir el escudo muy particular.

Almendralejo vivió una jornada de fútbol profesional en cuanto ambiente se refiere. Cientos de niños se acercaron a la Fan Zone de la Liga para divertirse en las horas previas, aunque es cierto que el intenso calor durante toda la jornada no invitaba a estar a pleno sol. Conforme se acercaba la hora del partido, el ruido se hacía mayor.

La plantilla del Extremadura se concentró a las dos de la tarde en el Hotel Dulcinea para no modificar las rutinas de los partidos anteriores. A las cuatro y media tenía prevista la llegada al Francisco de la Hera. Y allí, como en las dos veces anteriores, el baño de masas. Esta vez fue mayúsculo. Miles de fieles habían organizado una fiesta previa en la zona del recibimiento del autobús. Cánticos, gritos, bengalas y humos teñidos de azulgranas. Todo siempre sin incidentes y con la cordialidad y ejemplaridad de la que ha hecho gala siempre esta afición.

Locura total

Los jugadores volvieron a alucinar con aquello. Algunos grababan para la posteridad todo lo vivido en sus móviles. Willy, el capitán, absolutamente enbriagado por la emoción, estuvo incluso a punto de romper la luna del autocar al grito de ‘Sí se puede’. La emoción era máxima y quedaba lo mejor.

Dentro del estadio, gracias a la colaboración del club y grandes empresas como Toldos Vidal, Dihex y Strata Pavimentos, había un macro mosaico preparado como antes nunca había visto el Francisco de la Hera. En los fondos, entrelazadas, las banderas de la región extremeña y la azulgrana del club. En la Preferencia, de dimensiones gigantescas, una lona con el lema: Sólo para Valientes.

Con ese ambiente y un ruido ensordecedor la pelota comenzó a rodar. El calor, con una sensación térmica superior a los 40 grados, hizo que las provisiones de agua volaran. Incluso algunos tuvieron que salir del estadio a buscar líquido para sofocar la deshidratación.

En las gradas, ‘azulgranismo’ por los cuatro costados. Domingo Pérez, un bravo seguidor del Extremadura que acompaña al equipo en todos los desplazamientos, prometió venir de ‘guerrero azulgrana’ en caso de vivir una final. Y cumplió su promesa con un traje de época.

Sobre el verde, todo dicho. Cartagonova dictará sentencia. Para Alberto Monteagudo, el resultado no es bueno, «pero estamos vivos». El técnico del Cartagena admitió que su equipo está «tocado» físicamente, pero consideró que el árbitro les penalizó.

Sabas, por su parte, considera bueno el marcador, aunque tiene la sensación de que pudo ser más amplio. El técnico lo ha dicho claro: «iremos a Cartagena a atacar y morir. Si vamos sólo a defender, no ascenderemos». Palabra de Sabismo.