David Carro, representante de Wayne Simien en España, reconoció ayer a este diario que no sabe si su cliente regresará a la disciplina del Cáceres 2016 para disputar la recta final de la liga regular. Carro relató a este periódico lo que conoce de la estancia de Simien en EEUU, adonde se marchó hace casi tres semanas para estar con un familiar muy enfermo.

El agente, uno de los más emergentes en el mercado de ACB y LEB, y el jugador hablan prácticamente a diario, aunque según Carro lo hacen casi siempre de baloncesto y no del estado de salud de alguien a quien Simien suele referirse como su "hermano". "La verdad es que es mejor comentar cualquier cosa que no esté relacionada con la enfermedad. Wayne está muy sensible y lo están pasando todos muy mal en su familia. Por lo que sé, la situación mejoró un poco después de aplicarle un tratamiento --quimioterapia--, pero después ha vuelto a empeorar y están bastante desconcertados y tristes", afirma.

No hay fecha para que Wayne Simien vuelva. Ni siquiera se puede afirmar que regresará, como todas las partes asumen desde hace tiempo. La situación es tan delicada que es mejor no hacer planes, pero se da la cruel paradoja de que casi lo único que propiciaría la vuelta del jugador sería el fatal desenlace de su familiar, algo que nadie desea.

SIN COBRAR "Lo está pasando realmente mal. El también querría ayudar a sus compañeros. Tanto ellos como el club se han portado fenomenal con él a todos los niveles, pero también siente que tiene que estar allí con los suyos", agrega el representante.

Según la teoría de Carro, todo lo formal y ordenado que es Simien pesaron en contra de que se pudiese quedar en España cuando conoció la mala noticia: "otros americanos hubieran pasado de todo y hubieran seguido jugando. Este es tan bueno que decidió marcharse y le dijo al club que no quería cobrar ni un dólar del tiempo que estuviese fuera".

El pívot está reestablecido del problema de rodilla que le tuvo apartado durante un mes de las pistas y está entrenando por su cuenta en los ratos en los que no está pendiente del tratamiento de su familiar. "Hubiese podido jugar el siguiente partido si no se hubiera ido", asegura Carro. Mientras tanto, desde Lawrence (Kansas), el jugador sigue gracias a internet la progresión de su todavía equipo, sus victorias y derrotas, con la difuminada perspectiva de volver a ponerse la camiseta negra número 9 que aún tiene guardada en una taquilla del Pabellón Multiusos.