Extremadura: Toni García; Alcázar, Roberto, Javi Selvas, Nandi; Lolo, Olivar; Cobos (Samir, M. 89), Marco, Gaizka y Pavone (Peri, M. 71).

Jerez: Dorronsoro; Green, Juan (Luis Ligero, M. 86), Morales, Cisco; Hernández; Nico, Muñoz, Manolo (Alfonso, M. 71), Golo y Puntas.

Gol: 1-0 M. 40: Gaizka.

Arbitro: Francisco Barea López (Andaluz). Es lamentable verle sobre un campo de fútbol. Es la antítesis del deportista. Ni corre, ni se sitúa... No influyó en el 1-0 que reflejó al final el marcador, no mostró tarjetas pero es patética su indolente actitud (0).

Incidencias: Apenas unos 1.400 espectadores en el estadio Francisco de la Hera en una tarde fría y lluviosa. Antes del inicio, se guardó un minuto de silencio por la muerte de la edil María Teresa Gómez.

Volvió a ganar el Extremadura y volvió a sacar petróleo el cuadro de Cisqui de su mínima expresión de equipo que aspire a algo. Un gol de Gaizka justo antes del descanso bastó a los azulgranas para adjudicarse un derbi que controló y dominó su rival, un Jerez que pagó demasiado caro ser tan romo en ataque.

La afición local, que acudió al Francisco de la Hera en un número sensiblemente inferior al de anteriores tardes, mostró su disconformidad ante el paupérrimo espectáculo que volvió a dar su equipo y llegó a desesperarse pensando que tanto dominio verdinegro era imposible que no se convirtiese en algo tangible para los visitantes. Sin embargo, el partido terminó con el Extremadura aculado en tablas , defendiéndose como gato panza arriba y con un Jerez bastante marcado por su frustración.

A LA MADERA El derbi no será recordado por el número de ocasiones de las que disfrutaron dos bloques que se conocen bien y que evidenciaron un respetuo mutuo siempre en contra del espectáculo. Y, aunque quien más ocasiones tuvo fue el conjunto de Pastelero, las más claras las puso el bando local. Pavone estrelló un balón en la madera, tras un centro de Nandi (m. 29), y la segunda vez que prácticamente tiraba a puerta desniveló. Una falta que bota Cobos, el remate en el segundo palo de un motivado Olivar y Gaizka que remacha a la red (m. 40). Era la máxima rentabilidad para un equipo muy gris.

Enfrente, el Jerez, que había tapado muy bien las bandas locales y permutaba a sus efectivos buscando sorprender, se topó casi siempre con un acertado Toni García cuando buscó la pintura del terreno de juego local, dominando con criterio y sin gol.

El partido casi terminó antes del descanso. La segunda mitad fue una especie de monólogo del conjunto verdinegro, que terminó encerrando en su campo a un pusilánime Extremadura que defendía a toda costa lo que tenía en su zurrón consicente de las sorpresas que a veces deparan los epílogos en el Francisco de las Hera. Eso sí, también buscaban sentenciar los de Cisqui desde el noble arte del contragolpe, aunque es cierto que daba la impresión que el temor a perder lo que tenían les atenazó demasiado. Todo lo contrario que su rival. El Jerez intentaba por activa y por pasiva, cierto es que siempre con más corazón que cabeza, meter baza en el entramado defensivo local. Pero ocasiones claras de gol la verdad es que no tuvieron en exceso en el sólo de voces tras el descanso del derbi.

PIDIENDO LA HORA Y así fue muriendo el duelo regional. Entre las urgencias de unos para salvaguardar tres puntos del aguinaldo antes de las vacaciones y las del otro intentando en balde neutralizar.