Los últimos acontecimientos en el Cáceres CB hacen pensar que el club más representativo del deporte extremeño atraviesa por unos tiempos especialmente difíciles, pero hay indicios que permiten todavía pensar en positivo. La esperanza, dicen muchos, es lo último que se pierde, y en ello debemos pensar todos los que queremos a esa entidad que tanto nos ha hecho disfrutar en los últimos años.

Este diario ofrece en su edición de hoy el nombre de la misteriosa empresa (Aguas de Barcelona) que ha puesto el dinero salvador tras la gestión personal del alcalde cacereño. La gente tiene derecho a saber y espero que esta vez no nos culpen, con la publicación de la noticia, de que se generen nuevos problemas en el club. Si es así, perdón por trabajar e informar a una afición que, aunque menor en número a la que se desearía, todavía mantiene viva la llama de la esperanza. Celebramos especialmente de que se solvente todo y que el lujo que supone seguir en la ACB continúe durante muchos años más.

Ahora es el turno de los técnicos y los jugadores. Ellos son los que deben poner su parte para que el sueño no se desvanezca. El próximo domingo espera el Manresa, una equipo muy fuerte en casa, al que se puede ganar, por qué no. Aparcada la crisis, ya no habrá excusas. Esta semana escribiremos de baloncesto, que nos gusta mucho. Por ahí no hacemos agua.