Félix Campo Alonso, máximo responsable del Cacereño por delegación de su padre, confirmaba ayer que la denuncia por las agresiones e insultos recibidos el pasado domingo en Mieres había sido formalizada ayer contra "cuatro individuos" que se desplazaron hasta la localidad asturiana. "No es una denuncia hecha por el club, no vamos contra los socios, ni contra el Escuadrón Verdiblanco, sino que hay que poner freno a los desmanes de estos cuatro individuos que llegaron a agredir de forma cobarde y por la espalda a José Ignacio Aguinaga, director general del club". Campo añadía que "amenazaron de muerte a mi abuelo de ochenta años".

Este denuncia que ya la mañana del domingo apareció una pintada amenazante en la puerta de la empresa de los Campo en Salamanca y que hace dos semanas "pintaron y rayaron mi coche junto al Príncipe Felipe".

El responsable del Cacereño reconoce errores, como el cometido con las entradas en el primer partido de la fase de ascenso, y lo califica de "metedura de pata". Por ello, adelanta que la cantidad que se cobró se descontará proporcionalmente del abono de la próxima campaña para "compensar mi error".

Por otro lado, anoche tuvo lugar una cena de despedida de la plantilla y hoy se liquidará a todos los jugadores.

En este sentido, Campo se mostraba pesimista en cuanto a la continuidad del técnico. "José Manuel tiene ofertas importantes y algunas de categoría superior" y confirma que será complicado retener a algunos futbolistas, pese a que se ha hablado con ellos para que sigan en el equipo. Son los casos de Cantarutti ("lo veo difícil"), Mato ("quiere cambiar de categoría"), Rotundo ("nos ha dicho que va a escuchar ofertas"), Emma o Lucas Caballero ("han demostrado su valía y será difícil retenerlos").

Asimismo, el club intentará un acercamiento al nuevo gobierno municipal de cara a concretar una colaboración para la próxima temporada.