Con Pau, ya ha recorrido buena parte del camino. Con Marc, ha vuelto al inicio, aunque las sensaciones y los sentimientos surgen parejos. La influencia familiar ha sido decisiva en la carrera de las dos estrellas de la NBA y como padre, Agustí Gasol intenta no hacer distinciones. Por eso, se azora cuando se le pide que pose con una camiseta y esta es la de Pau. "Espero que Marc no me lo tenga en cuenta", dice el progenitor de una de las sagas más importantes del baloncesto español.

--¿Qué llena más: la tranquilidad de ver cómo han encauzado su vida o el orgullo de ser padre de dos estrellas?

-- Que realicen sus ilusiones, sus objetivos, me llena mucho más que sus éxitos. Aunque si hay el añadido de que tengan éxito, mejor que mejor.

--La familia se trasladó con Pau a un nuevo país, dejando atrás casa, trabajo y amigos. ¿Ha valido la pena el sacrificio?

--Si hemos de ponerlo todo en una balanza, el balance es muy positivo. Si no hubiera esfuerzo en la vida, no tendría tanto valor. Pero sí que ha existido sacrificio por parte de todos. Te acuerdas de las cosas que has dejado en el camino. Amigos que hace tiempo que no has podido ver; familiares de los que te has distanciado. Esta situación te hace vivir tan intensamente todo y tan al día, a un ritmo tan rápido, que a veces no puedes disfrutar las cosas como a ti te agradaría.

--Pau ha vivido el verano de su vida. Primero, el título de la NBA, y luego, el Eurobasket.

--Ha sido espectacular. Yo creo que acabó los play-off pletórico, muy bien física y mentalmente, y ha tenido la opción de acabar el Eurobasket con el título. La verdad es que a sus 29 años ves como ha evolucionado y lo que ha hecho y piensas: Dios mío, qué pasada. Lleva un buen ritmo. Pero no es el momento de pararse.

--El balance es inmejorable.

--No me gusta demasiado mirar atrás. Da un poco de vértigo. Me gusta mucho más mirar hacia adelante. A partir de que ha ganado el campeonato de la NBA, de que ha participado en el All Star, de que ha ganado el Europeo. Y de la capacidad de superación que tiene Pau.

--¿Le sorprende su hijo?

--No me sorprendió su rendimiento en los play-off porque sabía que era capaz de hacerlo, pero sí que lo disfruté mucho. Porque sé lo que sufrió y trabajó. Tiene un deseo de ganar que convierte en su motor. Siempre quiere estar arriba, con opciones. Por eso lo pasó tan mal en Memphis, cuando pensaba que no podría salir.

--Pau, además, transmite la imagen de que disfruta cada momento.

--No solo jugando. Fuera de la pista también lo pasa muy bien. Disfruta cada momento y eso es muy importante.