Uno de los máximos anotadores de la LEB es cacereño, pero no juega en el Destino Turístico. José María Panadero, de 26 años, alcanza los 17 puntos de promedio con el Farho Gijón, rival verdinegro mañana.

Es de suponer que está usted contento...

--Mucho. Me encuentro muy a gusto desde el principio. El club me recibió con las puertas abiertas. Todo ha sido favorable. No puedo encontrar ningún aspecto negativo.

Está reencontrando su perfil anotador después de varios años más centrado en aspectos defensivos, ¿no?

--Tengo una función más ofensiva que la que podía tener en la ACB. En Valladolid coincidí con Marco, John Williams, Bramlett y Raúl Pérez. ¿Podía dedicarme a tirar? Ahora se me pide anotar, pues lo hago, con buenos porcentajes, y mis puntos sirven para que el equipo gane.

¿Lamenta no jugar en el Cáceres?

--No puedo arrepentirme porque no fue una decisión mía. Todo el mundo sabe que me hubiese gustado fichar por el equipo, pero no pudo ser. En verano me dediqué a currar con Quini Carrasco y a ponerme fuerte para la temporada. Físicamente he empezado muy bien gracias a él.

Parece que hay una maldición y que no volverá a la ciudad en la que se formó...

--Estoy acostumbrado. Es el comentario de todos los veranos. Incluso a mitad de la temporada pasada, cuando estaba en Zaragoza, se habló de ello. Pero es mejor jugar fuera que hacerlo en casa cuando un entrenador no te quiere.

¿Qué le parece el Cáceres?

--Hemos visto muchos partidos suyos y está jugando muy bien. Es una plantilla veterana, que sabe lo que se hace, con gente de tanta calidad como Washington, Damon Johnson, Oscar Rodríguez, ahora Sallier... No creo que haya que tener mucho en cuenta lo del otro día ante el Granada. Un partido de pena lo hace cualquiera.

¿Y el Gijón?

--Tenemos un buen quinteto inicial, pero poco banquillo. Eso se sabía. Creo que somos el único equipo cuyo objetivo es no descender. Nadie habla de entrar en los play-offs aquí, pero llevamos cinco victorias y cuatro derrotas, que está fenomenal.