Lleva casi 20 años viviendo en Extremadura desde que, cosas del fútbol, un buen día firmó por la UP Plasencia. Quizá por esta circunstancia y por algunas más, entre ellas las estrictamente familiares, Aitor Bidaurrázaga (Barakaldo, 20-9-1972) lleva a gala su condición de cacereño y del Cacereño. Ahora le ha llegado su oportunidad como ayudante de Angel Marcos, su viejo amigo que ha confiado en él en el nuevo proyecto. Se cruzan los caminos, se juntan los proyectos.

"Me siento muy bien, Marcos me da toda la confianza. Nos conocemos más que de sobra desde hace tanto tiempo...", dice Bidaurrázaga. Está feliz el técnico, por fin en un club en el que ha sido un jugador histórico. Sus lágrimas en el descenso un día triste ante el Betis B son una de esas imágenes que se quedan en la retina.

Nostalgias aparte, Bidaurrázaga vive el presente. "Tenemos un buen equipo, muy compensado. Vamos a dar guerra este año. ¿Estar arriba? Yo solamente miro siete días hacia adelante, en cada partido. Hay que ir progresando y yo creo que los chavales lo están haciendo bien", explica con claridad el vasco, quien recuerda que "esto acaba de empezar, aunque mira quién hay arriba". Se refiere a que los favoritos (Linense, Cartagena, Cádiz) ya están entre los primeros.

"Siempre hay sorpresas", dice de todas maneras, "y también de las negativas". Bidaurrázaga, con experiencia en banquillos de Tercera (Ciudad de Plasencia, Miajadas...) sabe que la Segunda División B es una categoría complicada de analizar.

Equilibrio

El Cacereño suma una derrota (la del estreno, ante el Algeciras, 2-3) y una victoria (la del sábado en Ecija, 0-1). En el debut se criticó al equipo por fallos defensivos que ya están asumidos. "En el primer partido jugamos mejor, aunque con fallos atrás, y en el segundo estuvimos muy bien en defensa, casi no concedimos oportunidades", analiza.

Aitor, paradójicamente último compañero de piso del ahora arroyano Santi Polo antes de irse éste al Mérida, tira de experiencia e insiste que "esto es muy largo" y que el Cacereño puede hacer una buena campaña. En ello se afanará él.