UNIVERSIDAD DE VALLADOLID: Salinas (5), Correa (6), Clara Rodríguez (5), Vicente (10), Miriam Rodríguez (6). También jugaron: Castilla (2), Rio (8), Rubinos, Escudero, González.

AL-QAZERES EXTREMADURA: Cambero, Vero Sánchez (15), Patricia Benet (2), Tamara Samba (9), María José Rodríguez, Jara Salgado (8), Keita (10), Corrales y Taylor (25).

PARCIALES: 11-24, 18-38 (descanso), 36-50 y 42-69 (final).

ARBITROS: Alonso Morán y Aguado Muñiz. Sin eliminadas.

INCIDENCIAS: Inicio de Liga Femenina 2.

El Al-Qazeres llegaba ayer a la pista del Univesidad de Valladolid buscando iniciar la temporada con un triunfo que, a priori, se presumía asequible. Y es que las extremeñas parten este año con la etiqueta de favoritas para luchar por el ascenso. La solidez de un bloque que se mantiene del año pasado parecía de inicio la mejor arma del equipo de Jacinto Carbajal, que no hizo más que confirmar esas sensaciones (42-59).

El encuentro comenzó con un Al-Qazeres Extremadura muy enchufado. Defensivamente el cuadro visitante consiguió poner en muchos apuros a su rival, que anotaba con cuenta gotas. Eso, junto a un ataque demoledor y un gran acierto en la pintura permitieron a las extremeñas cobrar pronto una renta importante hasta llegar al final del primer cuarto con un apabullante 11-24 que dejaba clara la superioridad de las de Carbajal.

Las locales estaban desesperadas, aunque en el segundo cuarto consiguieron, al menos, frenar la sangría de puntos. El Universidad ajustó su defensa, pero el cuadro extremeño hizo entonces un gran alarde de recursos y, ante los problemas para penetrar en la zona local, optaron por buscar en el tiro exterior la solución a sus problemas. Y le dio resultado. Pese a que no consiguieron romper definitivamente el partido, lo cierto es que tenían la victoria encarrilada y consiguieron irse al descanso con 20 puntos de ventaja.

COMO QUISIERON Pero eso no era lo más importante. Lo más importante era que daba la sensación de que al Al-Qazeres Extremadura aún le quedaban fuerzas en la recamara, mientras que el equipo local daba la sensación de haber puesto ya toda la carne en el asador. Las locales se habían empleado a fondo para intentar meterse en el partido en el segundo cuarto y habría que ver si lo pagarían más adelante. Aunque no dio esa sensación en el inicio de la segunda parte. Y es que el tercer cuarto comenzaba con un Universidad de Valladolid que buscó la reacción a base de imprimir una gran velocidad a su juego. Mientras, las extremeñas vivían momentos flojos.

Con las jugadoras menos habituales en la pista y el freno pisado, parecían haberse tomado un pequeño descanso antes de afrontar la última recta del encuentro. Con todo, el equipo local conseguía en este cuarto maquillar el marcador y anotar un parcial de 18-12 que dejaba el electrónico en 36-50.

Pero no hubo partido. En el último cuarto las visitantes volvieron a pisar el acelerador, se pusieron la ropa de trabajo y atajó de raíz el intento de reacción de las locales. La superioridad extremeña era clara y por mucho que el Universidad Valladolid lo intentó todo, apenas consiguió mantener la esperanza durante unos minutos.

Al final, un contundente parcial de 6-19 ponía el lazo a una gran victoria de un Al-Qazeres Extremadura que, aunque aún tiene cosas que perfilar, apunta maneras de campeón. Desde luego que sí.