A las dos de la tarde de ayer, a la sede de la Federación Española de Baloncesto solamente llegaron dos solicitudes para albergar la fase de ascenso a la Liga Femenina. No hubo sorpresas: el Al-Qazeres confirmó oficialmente la candidatura, al igual que las vizcaínas del Idaizábal de Galdákano. Finalmente, el Araski de Vitoria no optará. La cita será del 28 de este mes hasta el domingo 1 de mayo y de ahí saldrán los dos clubs que subirán a la élite, que el representante regional quiere recuperar en tres semanas.

Salvo sorpresa, como muy tarde el próximo viernes se conocerá la decisión final de la española. El club extremeño, moderadamente optimista, se expresó ayer "feliz" por el apoyo recibido desde diferentes frentes, desde la Junta de Extremadura hasta el ayuntamiento, que sufragarán los aproximadamente 30.000 euros que costaría organizar el evento deportivo.

El convencimiento de luchar por ser anfitrión en el Serrano Macayo es total. En las redes sociales ya se mueve el hastagg QueremosLaFaseEnCáceres para alentar el optimismo. Y ya recibió el respaldo de otros clubs de la ciudad y de aficionados al baloncesto en gran número.

El equipo que entrena Jacinto Carbajal espera lograr el objetivo en casa para quitarse la espina de lo sucedido hace ahora justamente tres años, cuando no se pudo conseguir. Curiosamente, el Idaizábal, con el que hay muy buenas relaciones desde entonces, sí salió airoso en Cáceres. Los dos clubs llevan trayectorias paralelas por sus descensos de categoría y su pelea actual por recuperar la élite.

El Ibaizábal tiene asegurado estar en la fase de ascenso, a la que él Al-Qazeres llegará como campeón de la competición tras certificarlo el pasado fin de semana. Con el equipo vasco también estará el Araski, en tanto que la cuarta plaza aún está por dilucidar. En el grupo B ocurre algo similar: Alcobendas, Rivas y San Adriá ya tienen billete y serán rivales en la pugna.