AL-QAZERES EXTREMADURA: Carla Nascimento (3), Elena Corrales (6), Vero Sánchez (10), Julie Forster (13), Marieme Cisse (5) --cinco inicial-- Tamara Taylor (8), Miriam García (3), Silvia Romero (0), Leia Dongue (18), Jovana Vidakovic (15).

CORTEGADA: Sara Gómez (9), Marta Carregal (0), Amra Dapo (10), Montse Gilabert (4), Ndnye Syll (11) --cinco inicial-- Salomé García (4), Sofía Mallo (3), Mririam García (2), Antia Varela (0), Paloma Valín (0), Alejandra Nogueira (0).

MARCADOR POR CUARTOS: 18-15, 37-23 (descanso), 62-32 y

ARBITROS: González y Aguilera.

Con el resultado final de ayer (81-43) extraña más todavía cómo pudo perder el Al-Qazeres en la primera vuelta ante el Cortegada. Son accidentes que pasan en toda buena temporada y que en esta ocasión no permitió el líder indiscutible del grupo A de la Liga Femenina 2.

Las extremeñas llegaban dolidas tras su otra derrota de toda la campaña, hace una semana ante el Araski, y su reacción fue regresar con contundencia al buen camino: ser la inmisericorde picadora de carne del resto de las jornadas.

Jacinto Carbajal sorprendió metiendo como escolta titular a Elena Corrales en detrimento de Tamara Taylor. Su obvia intención es tener enchufadas al mayor número de jugadoras posible de cara a la fase de ascenso.

La elección no fue mala, pero al equipo le costó engrasar su poderoso engranaje, sobre todo a nivel defensivo. 18-15 y aún mucho por mejorar en el primer cuarto. A esas alturas ya había salido a pista Leia Dongue, el último fichaje, que se mostró agresiva e imparable en ataque... sin que aparentemente realizase un gran esfuerzo. Totalizaría 18 puntos y 14 rebotes en solo 18 minutos. Una joya.

Hubo un acelerón mediado el segundo acto que obligó al Cortegada a temer la ruptura del partido (27-18, min. 15). Todo empezaba a fluir en las filas locales: una suspensión de Taylor por aquí, una buena defensa de Silvia Romero por allá...

Al descanso el hueco era bastante importante ya (37-23) y permitía prever una segunda mitad bastante tranquila, lo que se confirmó a poco de volver del vestuario (48-28, min. 25).

La grieta en la defensa del Cortegada, que además no podía con una implicadísima zona cacereña, era imposible de tapar (62-32, min. 30). Todavía no había terminado el tercer cuarto y Carbajal ya se permitió el lujo de dar cancha a una de esas juniors que solo juegan cuando los partidos están decididos, Miriam García.

La única duda que quedaba era si se alcanzarían los 40 puntos de diferencia. No fue así por poco, pero da igual. Lo mejor fue comprobar que el Al-Qazeres no tuvo piedad alguna de su oponente. Como debe ser.