Aunque todavía cuenta con posibilidades aritméticas de entrar en las eliminatorias por el título, el Nissan Al-Qázeres parece descontar los días hasta dar por concluida la liga regular y, al unísino, la temporada. Le restan dos encuentros por jugar y podría meterse entre los ocho primeros, pero tendría que ganarlos y esperar una concatenación de resultados negativos de sus rivales directos. Cumplir la primera premisa mañana en la pista del Araski no es sencillo: Ángel Fernández, según contó ayer, ha vuelto a trabajar esta semana en condiciones precarias, con algunos entrenamientos de cinco jugadoras de la primera plantilla.

A la baja permanente de Paula Ginzo se unirá en Vitoria la de María Romero, que reapareció brevemente en la fase final de Primera Nacional que disputó --y ganó-- el filial, pero su rodilla se ha vuelto a inflamar. Además, su hermana Silvia recibió descanso obligado porque disputó tres partidos en tres días y Carla Nascimiento también arrastra problemas físicos. Como es habitual, equipos masculinos han ayudado a la preparación.

Frente al Araski sí se espera que estén las ocho jugadoras que han afrontado los últimos encuentros, resueltos todos ellos con derrota (cinco consecutivas ya). Y es que el Al-Qázeres es el peor equipo de la segunda vuelta, igualado con el colista Ferrol, con solamente dos triunfos.