Ocurrió el 13 de marzo del 2015 en un encuentro frente al Gernika. Andrea Vilaró, entonces jugadora del Al-Qazeres, hizo un gesto extraño cuando perseguía un balón y la consecuencia fue la rotura del ligamento cruzado anterior. Estuvo ocho meses sin jugar. Hoy, con la camiseta del Cadi La Seu, regresa al Serrano Macayo (12.00 horas) para disputar la quinta jornada de la Liga Femenina.

«Fue una jugadora importante aquí. Será bonito verla por aquí otra vez y la recibiremos bien. Está ya totalmente recuperada», reconoce Jacinto Carbajal, su entrenador entonces y que permanece en el banquillo cacereño. No podían ya hacerse fichajes y aquella lesión fue una palada más de arena en la fosa del Al-Qazeres.

Esta mañana ambos se reencuentran. Los dos equipos tienen en común que buscan su tercera victoria, ya que llevan un balance de 2-2 hasta ahora. En el caso del Cadi no es raro haber empezado con equilibrio: es un equipo acostumbrado a estar en la zona media-alta de la clasificación. Mientras, el Al-Qazeres disfruta de que por el momento sus cálculos para la permanencia vayan cuadrando. La consigna es aguantar con tranquilidad estas jornadas de calendario más complicado y afrontar luego a los rivales directos (Gran Canaria, Gipuzkoa, Araski, El Pastor, Ferrol) sin excesivas urgencias.

UN EQUIPO DIFERENTE / Andrea Vilaró forma parte de una amplia rotación y se ha integrado a la perfección en un estilo dinámico y físico, considerado poco habitual en la Liga Femenina. «Son intensas y agresivas y utilizan a menudo una defensa presionante que puede poner en muchos problemas a cualquiera. Nosotras tendremos que buscar sus puntos débiles para poder estar en el partido», comentó Carbajal.

El entrenador ha puesto el acento estos días en la defensa, con algunos retoques para no permitir tantas canastas fáciles como el pasado miércoles en la derrota de Bembibre (88-69). La buena noticia allí fue la buena aportación de Duby Dacic, una de las jugadoras de mayor peso específico en la plantilla y que hasta ahora no había encontrado el aro. El trío interior que forma con Julie Forster y Miriam Forasté --con la ayuda ocasional de Silvia Romero-- debe ser una de las bases para aspirar a la salvación.

«Conseguí volver y creo que lo hice bien, sobre todo muy bien físicamente», dijo el pasado mes de abril Vilaró, cuando volvió por primera vez a Cáceres para seguir la fase de ascenso. Hoy lo hará haciendo lo que más le gusta: jugando.