O seguir dentro hasta el último partido o estar definitivamente fuera. Ya no hay término medio para el Nissan Al-Qázeres Extremadura, que afronta las dos últimas jornadas de la fase regular de la Liga Femenina Dia con opciones (remotas) de meterse en el playoff. Pero si no se gana hoy al Araski en el pabellón Mendizorroza (donde curiosamente el Cáceres Patrimonio encara mañana otro partido a vida o muerte en LEB Oro), se acabaron las cuentas. El duelo arranca a las 19.00 horas (Teledeporte), al igual que el resto de partidos en una jornada con horario unificado.

Al Al-Qázeres solo le vale ganar y esperar que Durán Maquinaria Ensino (hoy recibe al Valencia Basket), Embutidos Pajariel Bembibre (juega en la cancha del Girona) y Mann Filter Casablanca (que visita al Perfumerías Avenida) no ganen sus partidos para jugárselo todo a una carta el domingo 7 de abril contra el Ensino, aunque tampoco ahí dependería de sí mismo, ya que volvería a necesitar que Araski y Mann Filter perdieran de nuevo.

«Tenemos las cuentas hechas, pero... ¿para qué vamos a hablar de cuentas? Hay que ser realistas. Primero hay que intentar sacar el partido de Araski y entonces ya no sería descabellado», contaba el jueves Ángel Fernández, entrenador del Ál-Qázeres.

Y ganar hoy no será nada sencillo. No solo porque el rival se juegue la posibilidad de asegurarse el playoff, sino por las propias dificultades del equipo extremeño, inmerso en una dinámica negativa (cinco derrotas consecutivas) y de nuevo muy mermado y con dificultades para completar entrenamientos de calidad durante la semana. «No son semanas fáciles por las bajas que tenemos». Hoy no estarán Paula Ginzo ni tampoco María Romero. Sí podrán jugar, a pesar de las dificultades durante la semana, Silvia Romero y Carla Nascimento, dos de las ocho jugadoras profesionales con las que hoy podrá contar Ángel Fernández, que el pasado viernes solo empleó a siete de ellas (Elena Corrales se quedó sin jugar) en la derrota ante el Quesos El Pastor (68-71).

«Intentamos transmitir la dignidad y honradez deportiva para sacar los dos partidos que quedan», añadía el técnico, que reconocía que el mes y medio que el equipo lleva sin ganar (su última victoria se remonta al 8 de febrero) «es una losa. Las circunstancias no han sido las mejores para revertir la situación», se excusaba.

Del rival, que tiene un balance de diez victorias (dos más que el Al-Qázeres) y catorce derrotas, destacó que no cuenta con una plantilla larga, «pero sí de calidad», y que tampoco está atravesando un buen momento, dijo, aunque las vitorianas están prácticamente calcando sus números de la primera vuelta. No así el equipo cacereño. «No he sido el revulsivo que se esperaba», reconocía Ángel Fernández, «pero ya que no he sido la solución, no quiero ser un problema y terminar lo más dignamente posible, humanamente quedar bien con todos», dijo cuestionado sobre su futuro en el club. Asegura que aún no se ha hablado nada, que hasta que no termine la temporada no será el momento de abordar esas cuestiones.