Alberto Contador descuelga el teléfono y atiende con la misma voz afónica, inconfundible, que tenía antes de que un día del mes de agosto, una tarde para olvidar, recibiera una llamada de la Unión Ciclista Internacional (UCI) informándole que en su orina habían aparecido unas trazas mínimas de una sustancia llamada clembuterol, un componente del que nunca había oído hablar. Comenzaba, primero con discreción y a partir del 30 de septiembre con todas las miradas puestas en él, una lucha para demostrar que no se había dopado y que todo se debía a una intoxicación alimentaria.

El 15 de febrero fue absuelto de dopaje por la Federación Española de Ciclismo (FEC). Al día siguiente se fue a Portugal a competir. Ya ha ganado la Vuelta a Murcia y el próximo lunes será la gran estrella de la Volta del centenario. No quiere hacer cábalas sobre si la UCI o la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) o ambas recurrirán la sentencia española ante el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo). Por ahora solo desea pensar que es un ciclista libre y que en mayo aspira a ganar el Giro por segunda vez en su vida. El Tour ya llegará.

--Hace un mes recibió la sentencia favorable. ¿Se ve la vida distinta después de que la federación considerase que no se había dopado?

--Lo único que sé es que durante todos estos meses se ha hecho mucho daño a mi familia. Se han publicado muchas cosas que no eran ciertas y creo que, desde algunos medios, no se me ha tratado de forma correcta. Si no me he hundido ha sido por el apoyo de mi familia, de mis amigos, de mi gente... A veces se olvida que detrás de un deportista hay una persona y una familia, desde luego.

--Su hermano Fran, que también es su mánager, explica que lo que más le dolió durante este tiempo era el sufrimiento de sus padres.

--Mis padres lo han pasado muy mal. Cuando iba a verlos trataban de disimular para que yo no intuyera cómo estaban. Ver cada día su cara de sufrimiento ha sido lo peor de esta pesadilla. Toda esta situación me ha hecho sufrir por ellos, por mi novia y por toda mi gente.

--Al menos habrá sacado algo positivo de su caso.

--De toda mi experiencia no he sacado ni una conclusión positiva. Por más que piense, ni una sola. Puestos a decir algo, he salido más fortalecido como persona. No sé cuánto tiempo tardaré en olvidar todo esto. Aunque no soy rencoroso, a partir de ahora hay muchas cosas que veré de un modo diferente.

--A los pocos días de saberse que había aparecido clembuterol en su orina usted manifestó que estaba decidido a dejar el ciclismo.

--Me lo planteé muy seriamente. Esos primeros días pensé que no merecía la pena seguir en este deporte. La desilusión que me llevé, sabiendo que estaba haciendo las cosas bien, fue tremenda, ¿Por qué cambié de opinión? Pues por lo mismo que antes comentaba: por el calor y los ánimos de la familia, los amigos, los aficionados y la confianza de mi nuevo equipo.

--¿Cuál fue el peor día?

--No lo puedo decir con exactitud porque ha habido muchos días malos, mucho más que jornadas buenas. De repente me levantaba de buen humor y con ganas de entrenar, pero entonces oía o leía alguna barbaridad y se me volvía a caer la moral al suelo. Durante muchas semanas me ha costado dormir porque tenía una sensación de impotencia tan grande que no me permitía hacer nada y mucho menos hacer una vida normal. Me metía en la cama y no podía dormir. ¡Venga a dar vueltas y más vueltas en la cama! No podía pegar ojo.

--Habla usted del apoyo recibido por los aficionados al ciclismo...

--Ciertamente les tengo mucho que agradecer. Las redes sociales son las que ahora priman más y ha sido por esta vía por donde me llegaron el mayor número de apoyos. He recibido también un montón de cartas de todo el mundo. La gente me ha parado y me ha apoyado mucho más en estos últimos meses que cuando gané el Tour por tercera vez.

--Regresó y a la segunda carrera, la Vuelta a Murcia, la ganó.

--Sin embargo, mi estado de forma no es el de otros años a estas alturas de la temporada. Los meses de incertidumbre no han influido en la elección del calendario de competiciones. Fijé el Giro como primer objetivo por lo que he hipotecado algunas carreras, como la París-Niza Contador fue el vencedor en el 2010, donde hay mucha presión y todas las miradas están puestas en tí, en favor de otras pruebas más tranquilas como la Vuelta a Murcia. Preparar la temporada en las condiciones que lo he hecho no ha sido fácil.

--La semana que viene llega usted a la Volta, que celebra el centenario, como principal atractivo.

--Si puedo intentaré ganar la Volta. Hay una etapa en Andorra que se adapta a mis condiciones. ¡Esperemos que la nieve no sea un estorbo! Hace años, en estas mismas fechas, ya gané la Setmana Catalana. La Volta es una carrera que nunca he corrido. Luchar por la victoria servirá para seguir mejorando.

--Habla del Giro, de repetir el triunfo del 2008, pero no cita el Tour.

--Simplemente porque ahora me centro en el Giro de Italia como primer objetivo. Hace tres años disfruté muchísimo en esa carrera, pese a lo dura que es. Y la gané. Me la quiero tomar sin presión. El Tour ya vendrá según como acontezca todo. Pero por supuesto que lo quiero correr y ganarlo por cuarta vez.