Vestido de dorado y feliz. Así subió ayer por la tarde a lo más alto del podio de la plaza de la Cibeles de Madrid. Alejandro Valverde, el ciclista adulto en carreras de una semana, clásicas de un día, triunfos de etapa en el Tour, medallas en los Campeonatos del Mundo, consiguió también la mayoría de edad en una grande de tres semanas con su victoria absoluta en la Vuelta 2009. El 2010 tendrá un doble desafío; reivindicarse en el Tour o convertirse en la pieza clave del Caisse d´Epargne para que Alberto Contador, sin finalmente ficha por su equipo, gane por tercera vez en los Campos Elíseos de París.

--Por fin se le ha visto como un ciclista adulto en una carrera de tres semanas.

--Sobre todo lo que he puesto en práctica para ganar esta Vuelta ha sido la experiencia y todo lo aprendido en años anteriores. Me he sabido sobreponer a las crisis que siempre te afectan cuando estás corriendo durante tres semanas consecutivas. He aprendido a aislarme de todo y permanecer siempre concentrado, pendiente solo de luchar por la victoria. Y, luego, injusto sería no decirlo, he contado con el apoyo de un equipo que me ha ayudado a controlar la carrera en los momentos más complicados.

--Menos bromista y no tan simpático como otras veces.

--Formaba parte de la concentración de la que hablaba. He atendido siempre a todo el mundo con educación. Pero por este aislamiento que buscaba de cara a mi triunfo, he estado más distante que en otras ocasiones.

--¿Tan dura ha sido esta Vuelta como se comenta en el pelotón?

--Dura, no, durísima. Haré una comparación y no creo que me equivoque. Esta Vuelta que he ganado ha sido mucho más dura que cualquiera de los Tours en los que he participado. Al margen de las cinco llegadas en alto que ha habido, prácticamente cada día la organización ha situado un puertecillo en los últimos 10 o 20 kilómetros y ello ha provocado un desgaste exagerado. La mayoría de las etapas nos ha obligado a permanecer una media diaria de cinco o seis horas sobre la bicicleta. Ha habido jornadas en las que hemos superado hasta 5.000 metros de altitud y en los últimos 10 días no ha habido una jornada de descanso, puesto que situaron los dos días de reposo en la primera parte de la Vuelta.

--Sin embargo, al margen de tanta dureza, no se ha podido evitar que hubiera alguna etapa poco atractiva para el espectador.

--¿Y es que no fue apagada la segunda semana de carrera en el último Tour? Siempre hay días menos amenos que otros. Y, en el Tour, por ejemplo, esa segunda semana menos divertida no deslució para nada la victoria de Contador.

--Ya que ha citado a Contador. Su equipo lo quiere contratar el año que viene si consigue liberar su contrato con el Astana.

--Lo sé. Lo único que puedo proclamar es que por mi parte no hay ninguna objección para que Contador venga al Caisse d´Epargne. Si ficha por mi equipo, yo lo ayudaré a ganar el Tour. Por respeto hacia él, me pongo a su disposición. Si en estos momentos hay alguien que haya demostrado que puede ganar en París, no es otro que Alberto. No tendrá ningún problema conmigo. Con él en el equipo, puedo tener yo suficiente terreno en el Tour para mi lucimiento personal y cuando llegue la fase decisiva de la carrera lo voy a ayudar con lo que, seguramente, conseguiré para mí la mejor clasificación que nunca he logrado en la clasificación general de París.

--Y a él ha sucedido en Madrid como ganador de la Vuelta.

--Sí. Ganar la Vuelta es una emoción que difícilmente se puede describir porque es la culminación a muchos días de sufrimiento.

--¿Tal vez el peor mal trago de la Vuelta lo provocó su rodilla?

--Pues sí. Fue uno de los peores momentos en esta Vuelta. La etapa que pasé peor fue, precisamente, la que terminó en Murcia, puesto que sentía constantemente un pinchazo en la rodilla derecha. Creo que fue fruto del estrés provocado por llegar a mi ciudad vestido con el jersey dorado. Es inevitable que en una carrera de tres semanas, en algún instante, te duela la rodilla, la espalda... Por fortuna se pudo solucionar el problema y acabo la carrera en muy buena forma, sobre todo pensando en el Mundial de fondo en carretera. Ganarlo también este año, sería algo extraordinario.