El fútbol europeo debe familiarizarse con un nuevo nombre, Aleksander Ceferin, un abogado de 48 años apenas conocido hace unos meses, y que ayer fue elegido como el séptimo presidente de la UEFA en el Congreso Extraordinario celebrado en Atenas.

Ceferin, que derrotó al holandés Michael van Praag por 42 votos a 13, ha logrado, desde que en 2011 se hizo cargo de la Federación de Fútbol de Eslovenia, ganarse la fama de ser una persona competente y, sobre todo, íntegra. A ello ayuda que, como abogado, ha continuado la tradición paterna de defender sin coste a víctimas sin recursos de violaciones de los derechos humanos.

En el programa de su candidatura, Ceferin ha tratado de buscar la armonía entre los variados intereses de todos los miembros del fútbol europeo.

"El mejor camino para la UEFA y su desarrollo futuro es nuestro trabajo conjunto. Respetemos el papel de cada uno de nuestros miembros", apuntó Ceferin. La lucha contra los amaños y una mayor transparencia en los procesos de adjudicación de grandes torneos y finales, son otros de los objetivos del abogado, especializado en derecho penal y comercial.

Era el gran favorito para conseguir el puesto de presidente en las elecciones. Bien lo sabía Angel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, que decidió retirarse solo unos días antes al carecer de los apoyos necesarios.