El fervor popular por el Mundial-2006 se ha disparado en Alemania a nueve meses de la cita. Como ocurre en Argentina en tiempos difíciles --es decir, casi siempre--, la mala situación económica y la inestabilidad política han postrado a los germanos a los pies del becerro de oro del fútbol. La primera jornada de la Bundesliga de esta temporada registró un récord de asistencia de 391.527 espectadores --una media de 43.503 por partido--. La anterior marca, de 40.944 hinchas por encuentro, databa de 1965. "Poco a poco va surgiendo una atmósfera especial. Se nota que el Mundial está a la vuelta de la esquina", dijo Jürgen Klinsmann, seleccionador de Alemania.

La gente de la calle coincide con el entrenador. El joven Maximilian Lemboke, de Fráncfort, afirma: "Todo el mundo está muy emocionado. Es un estado de ánimo francamente inhabitual entre los alemanes". La sensación es unánime en todo el país. "Mucha gente está desesperada por la crisis económica, y permanece la división entre las dos Alemanias. En este contexto, el entusiasmo por el fútbol y la selección, principales nexos entre ambas zonas, ha crecido enormemente", explica Maxi Leinkauf, nacida en el Berlín oriental hace 29 años.

LA REUNIFICACION Los encargados de la organización de la cita pretenden aprovechar la ocasión para contribuir a sellar la reunificación del país, firmada en 1990, y presentar al mundo la nueva Alemania. Esta es la razón por la que Léipzig, ciudad que perteneció a la extinta RDA, acogerá el próximo 9 de diciembre el sorteo de los grupos del Mundial, que se disputará del 9 de junio al 9 de julio del 2006.

Garantizar un ambiente festivo en todo el país durante el acontecimiento es uno de los objetivos primordiales del comité organizador, que toma como referencia el fervor de los torneos de México-86 e Italia- 90. Wolfgang Niersbach, vicepresidente del organismo, explica los motivos en Fráncfort: "No nos basta con lograr una organización perfecta. Si hemos elegido para la cita un eslógan emocional como O3El mundo entre amigos es porque queremos mostrar nuestro lado pasional, demostrar al mundo que los alemanes también sabemos sonreír". A fin de animar las calles, las 12 sedes instalarán pantallas gigantes en lugares públicos para retransmitir los partidos.

En una iniciativa pionera, el Gobierno de Alemania impulsa un ambicioso programa cultural --con un presupuesto de 30 millones de euros-- que ha contribuido a aumentar la implicación popular en el Mundial. El buque insignia del proyecto es el Globo del Fútbol, una gigantesca esfera itinerante diseñada por el artista multimedios austríaco André Heller en la que los visitantes pueden admirar objetos de culto del deporte rey y lanzar penaltis virtuales en una pantalla de 360 grados. Otra de las propuestas destacadas es la deliciosa exposición Planeta fútbol, formada por 50 fotos sobre la dimensión universal y el poder de fascinación del balompié.

ESTADIOS CASI A PUNTO Si la organización puede dedicar gran parte de sus esfuerzos al ambiente en las calles es porque los preparativos avanzan a muy buen ritmo. Diez de los doce estadios están a punto, y en los campos de Kaiserslautern y Stuttgart sólo quedan pequeñas obras que el comité prevé tener acabadas en diciembre. Igualmente resuelto está el problema del techo del Waldstadion de Fráncfort, en el que se observaron goteras en la reciente Copa Confederaciones.

Alemania invertirá en vía pública y transporte unos 4.500 millones de euros con motivo del Mundial, acontecimiento del que espera un impacto económico de 7.980 millones de euros.

Cuando se le plantea el tema de la seguridad, Niersbach frunce el ceño: "Haremos todo lo posible para evitar atentados, pero es imposible dar garantías. Las autoridades están trabajando con representantes de otros países. En cualquier caso, es una tarea del Gobierno. El comité organizador sólo se ocupa del interior de los estadios". Schily toma como modelo el dispositivo de los Juegos de Invierno de Salt Lake City, celebrados tras el 11-S, donde los estrictos controles no lastraron el ambiente deportivo.

AVIONES RADARES El Ejecutivo de Berlín, que dedicará miles de millones de euros a la seguridad, utilizará aviones radares AWACS para supervisar el espacio aéreo. Pervive el fantasma de la tragedia de los Juegos de Múnich de 1972, en los que 11 atletas israelís, cinco secuestradores palestinos y un policía alemán perdieron la vida como consecuencia de una acción terrorista.

Con respecto a los estadios, los cuatro gamberros que saltaron al campo en partidos de la pasada Copa Confederaciones dispararon las alarmas en la organización del Mundial. El comité planea consultar a arquitectos para instalar algún obstáculo que impida el paso de la grada al césped y mejorar la formación de los guardias situados en torno al terreno de juego. Además, el Gobierno considera la posibilidad de suspender la libre circulación de personas que establece el tratado de Schengen si prevé incidentes por hinchas vandálicos.

La seguridad y la lucha contra la reventa han motivado que los 2,9 millones de entradas vayan a incluir el nombre del titular. Los abonos para seguir a España que comercializa la organización ya están reservados. Pero si la selección se clasifica, la federación dispondrá del 8% de los boletos de los encuentros del equipo.

El fútbol se vestirá de gala en un torneo que siempre ha determinado el ánimo de los germanos. Tras vencer Alemania en los Mundiales de 1954, 1974 y 1990, los respectivos jefes de Gobierno ganaron los siguientes comicios. Hay quien asegura que Gerhard Schröder no debería haber adelantado las elecciones al próximo 18 de septiembre.