Alemania buscará hoy prolongar la euforia con que la acompaña la afición local en el partido de octavos de final ante la incómoda Suecia, un equipo dispuesto a sorprender a los favoritos y que mostró en la primera fase su disposición a luchar hasta el último instante de cada partido.

Ambos equipos han mostrado en la fase previa que apuestan por la ofensiva por lo que es de esperar que mañana en Múnich se de un partido abierto y, si la temperatura lo permite, con un ritmo alto y constante.

Los alemanes llegan al partido contra Suecia sin dudas ni bajas y con todos sus jugadores en plena forma, lo que ha sido aprovechado por el seleccionador Jürgen Klinsmann para elogiar el trabajo de sus médicos y de sus preparadores físicos.

Del lado sueco, la gran duda es el delantero Zlatan Ibrahimovic, una de las máximas estrellas escandinavas junto con Henrik Larsson, que tiene un problema en los abductores y que, aún antes de la lesión, no estaba en plena forma física. El seleccionador sueco, Lars Lagerbaeck, ha manifestado su esperanza de que Ibrahimovic puede jugar pero queda la duda si, por lo visto anteriormente, no termina alineando a Allbaeck.