La tranquilidad que se respira habitualmente en la acogedora Toulouse se ve amenazada a estas horas por más de 10.000 rusos, que compartirán espacio con otros 10.000 galeses en el decisivo duelo de este lunes. La 'ciudad rosa', conocida así por el color del ladrillo de los edificios del centro histórico, está en estado de máxima alerta. Hay miedo.

Las imágenes de los estragos causados por los ultras en Marsella y Lille están muy presentes. Si Rusia no gana se irá a la calle, cosa que haría feliz a mucha gente en Francia, empezando por la UEFA y la policía, harta de episodios violentos.

150 ULTRAS DE MÁXIMO RIESGO

La preocupación por la llegada de los rusos se percibe en todos los rincones de la ciudad. Los hoteles han extremado los controles, cuentan con listas exhaustivas de todos los hinchas y se han puesto en contacto con las autoridades para evitar desgracias. La policía también ha multiplicado su despliegue y los establecimientos están advertidos del peligro. Entre los 10.000 hinchas, "habrá 150 ultras de máximo riesgo", aseguran las autoridades.

"Hay muchísimo miedo, esa es la realidad. Se están tomando todas las precauciones necesarias. Hemos pasado la lista de los rusos que se hospedan a la policía para ver si han sido ya detenidos o tienen algún antecedente”, cuenta Youssef, empleado del Adagio Aparthotel, donde todo ha funcionado con normalidad hasta ahora.

AGENTES ARMADOS

Allí se alojarán una treintena de rusos que ocuparán seis apartamentos. "Revisaremos todos los pasaportes exhaustivamente, seguiremos el mismo protocolo que con otros hinchas, pero con más atención", cuenta Daniella en la recepción de otro alojamiento de la ciudad, mientras muestra la lista de rusos que esperan. "Por los apellidos son inconfundibles".

En las calles ya se veían este domingo más agentes armados que en los últimos días. Los galeses llevan todo el fin de semana en la ciudad, los rusos vendrán sobre todo este lunes. "Hemos recibido españoles, checos, italianos, suecos, ahora galeses... y no ha pasado nada. Ahora nos viene lo peor. Sinceramente, lo mejor es que Rusia se quede fuera del torneo. Juegan mal y tienen ultras peligrosos, pero también gente correcta", asegura un policía, que vigilaba este domingo la Fan Embassy, instalada en la plaza Charles de Gaulle, detrás del Capitole, el punto de convivencia de las aficiones.

Muy cerca, una pareja de rusos repartía información de la ciudad a los aficionados. "Se ha magnificado todo. La culpa es de la policía francesa, que no cumplió con su trabajo. Y de los ‘hooligans’ ingleses, que provocaron. Los malos no somos los rusos", cuenta un veterano seguidor de San Petersburgo.

Evitar una batalla campal como la vivida en Marsella es el objetivo de las autoridades. Para ello es vital la prevención. El gobierno ya prohibió la instalación de pantallas en las terrazas, lo que causó un tremendo malestar en los bares, ya que en el sur es costumbre seguir los acontecimientos fuera. Tampoco se podrá vender alcohol en las zonas de mayor afluencia de público. Pero eso no asegura nada. En cualquier momento puede estallar la violencia.

EL ERROR DE MARSELLA

"La tontería fue mezclar a la gente, como se hizo en Marsella. Sabían que pasaría algo así y no hubo prevención. La policía y la seguridad estuvo fatal allí", explica la francesa Sandrine, de padre catalán -de Sant Vicenç de Castellet- y criada en el pueblo cordobés de Nueva Carteya. Su acento andaluz la delata.

"Parece mentira que pasara esto. En el Vélodrome toman las máximas medidas en la Liga, los marselleses tienen la afición más violenta y siempre hay jaleos. Están más que acostumbrados", añade mientras se escucha El Barrio en El Baratillo, el restaurante de decoración española que regenta desde hace cuatro meses.

En las tiendas también hay preocupación. "No descarto cerrar este lunes, tengo más a perder que a ganar. Están muy locos y no quiero problemas", explica el dueño de un negocio de venta de tabaco en la plaza Saint-Pierre, muy céntrica y transitada.

GRUPOS PREPARADOS

En la misma zona se encuentra el bar Chez Tonton, uno de los más futboleros y animados. Allí se reúnen decenas de jóvenes para seguir los partidos. "Hay un cierto miedo, pero no puedo arriesgarme a cerrar y que no pase nada. Me juego mucho dinero. En Marsella ya vi como volaron sillas, botellas y palos. Espero que aquí no pase nada", cuenta el responsable del local.

La violencia que han mostrado los radicales rusos ha alterado a un país que esperaba las clásicas borracheras de los 'hooligans', pero sin llegar al nivel de esas terribles reyertas. Los ultras de Rusia son grupos bien preparados y disciplinados, con un componente de orgullo nacional y patriota muy peligroso. Incluso se han llegado a infiltrar entre la afición rival con camisetas de sus rivales.

La UEFA les amenazó con la expulsión si repetían los incidentes deMarsella. Puede que si se ven eliminados no les importe nada. Eltemor está justificado.