Alex González. Todos en el Cáceres 2016 dicen que es un buen chico. Y ahora está empezando a demostrar también que es un buen base. Sus reflexiones sobre la temporada dan algunas claves de lo que está sucediendo en esta extraña temporada.

--Es usted un poco el termómetro del Cáceres 2016. A medida que ha ido jugando más y con más acierto, los resultados han mejorado. ¿Cómo lo ve?

--He tenido la suerte de contar con más minutos y el equipo ha ido un poco más hacia arriba. Al principio nos costó tanto a mí como al resto de los jugadores, pero ahora estoy mucho más cómodo y están viniendo los resultados. No sé si están las dos cosas relacionadas.

--¿El que se está viendo ahora es el auténtico Alex González o puede lucir más aún?

--Sí. Estoy haciendo un poco más el juego que me gusta. Me gusta mirar al aro y al mismo tiempo que el equipo juegue. Ser agresivo, no esconderme, arriesgar y no pensar solo en no perder el balón.

--Miremos un poco hacia atrás. ¿Vino con la promesa de ser titular?

--Sí, desde el principio. Es lo que me dicen cuando hablan conmigo. Es una de las razones por las que vine aquí.

--¿Y cómo sienta que le fichen a un tercer jugador en su posición, Perico Sala, una semana antes de que se inicie la liga?

--Vi que la gente se estaba poniendo nerviosa, pero yo sabía que en pretemporada no iba a estar bien porque he vivido una situación especial este verano. La verdad es que no me sentó bien, pero el club ha cumplido el contrato en todo momento y si fichan a otro jugador no depende de mí.

--¿Lo interpretó como una falta de confianza, un mensaje de que el entrenador estaba disconforme con usted?

--Eso está claro. Todas las miradas iban por mí en ese momento y lo noté. Si traen a otro para tu puesto, es que no están contentos contigo. A partir de ese momento intenté sobreponerme y seguir trabajando al máximo.

--Dicen los que le conocen bien que siempre hace las temporadas de menos a más...

--Sí. Me cuesta físicamente. No tengo el potencial de muchos compañeros, sobre todo ahora que hay veranos tan largos. Aunque haga trabajo por mi cuenta, me cuesta arrancar. Normalmente llego bien a las dos o tres primeras jornadas, pero aquí no hubo ni esa opción.

--¿Pensó en marcharse cuando jugaba poco?

--Más bien en revertir la situación. Vine aquí con mi mujer y no es tan fácil marcharse como cuando estás solo. Tuve un momento de mucha frustración, pero gente del equipo me ayudó entonces y se lo agradezco. Me llamaron de sitios preguntándome qué pasaba, pero yo respondí que iba a seguir aquí y que la situación iba a cambiar.

--Quizás no lo vaya a decir, pero el cambio de entrenador le ha venido bien personalmente...

--Al menos hoy por hoy, sí. Pero no sé lo que va a pasar en el futuro y en cualquier momento puede cambiar. Fui el primero que intentó ayudar para que no pasase nada con el anterior entrenador. Estuve a muerte jugando contra Tarragona o Melilla para que no hubiese cambios. Una vez hecho, seguí en la misma línea. No he cambiado.

--Se dice que Gustavo Aranzana le conoce bien tras formarse en la cantera del León...

--Sí, pero él estaba en el primer equipo y era otro mundo. No creo que me conozca más a mí que a los otros bases. Pavel Ermolinski y Perico Sala han jugado muchos años también en la Liga LEB.

--¿El equipo está en el camino correcto o es aún demasiado inconsistente?

--Pasa algo con la afición. Creo que es una afición increíble, con una masa social de casi 3.000 personas. Ya es bonito solo con que vengan. Nos están ayudando mucho ahora, pero nosotros no nos lo acabamos de creer. Intentan tirar de nosotros, pero no tenemos esa pensamos "tiro un gancho y sé que el público me va a apoyar". La soltura de tener fallos y que se entiendan. Aún no nos lo hemos ganado.

--¿Y el partido de Ourense? ¿Es peligroso o ganable?

--Tengo muchas ganas de jugarlo, tal y como está el equipo ahora, sabiendo que vamos a ir a una pista con mucha gente y contra un rival que lo está haciendo bien. Tenemos que intentar que nuestra racha no se acabe para estar donde nos merecemos.

--Sin intentar ser triunfalistas, no dirán que ahora el calendario es complicado...

--No lo sé tal y como está la liga. Palencia es un gran equipo. Ourense es un equipazo. La Palma me encantó en pretemporada. Se supone que Vigo es el peor equipo porque está último, pero ya vimos que tienen cosas.

--¿Qué recuerdo le queda de su año en el Doncel?

--Muy bueno. Fue una fase más en el camino. En Villanueva me dieron muchísimos minutos y me di a conocer. Fue muy bien también en el plano personal. Hace poco estuve allí con el directivo Arcadio Romero comiendo en su casa.