Toro Rosso le anunció a Jaime Alguersuari que no seguiría en el 2012 el mismo día que regresaba a Barcelona, desde Madrid, tras acudir a un acto promocional de su escudería. Lo del suizo Sébastien Buemi aún fue peor: se enteró cuando estaba en el simulador de Red Bull trabajando para el equipo bicampeón del mundo. Ni Alguersuari ni Buemi han hablado mal de la millonaria escudería. Ni lo harán. Pero piden más respeto. El joven catalán, de 21 años, suma 46 grandes premios en F-1, a 0,67 puntos por carrera, y ha superado a su compañero en el último Mundial por 11 puntos.

Alguersuari vivió ayer una jornada de convivencia con sus fans, jugando un partido de fútbol en el que abrió el tanteo con un golazo y terminó contando que no está enfadado con nadie y sí "motivado, ilusionado y esperanzado" "Soy consciente de que mi tiempo en la F-1 no acaba con esta decepción", explicó.

No tenía demasiadas ganas de darle más vueltas al asunto y repitió que no estaba ni triste ni enfadado. "Tal vez sorprendido, pero en la misma medida que me sorprendió que me llamasen, en julio del 2009 para debutar, así, de sopetón, en Hungría. Me cogieron con 15 años y me han llevado a la parrilla de la F-1, enseñándome todo lo que sé y más", dijo.