Los deportistas paralímpicos españoles lograron cuatro medallas, dos de ellas en natación, en la sexta jornada de competición de los Juegos Paralímpicos de Atenas en la que la Reina Sofía apoyó con su presencia la participación española.

La Reina, que llegó ayer por la tarde a Atenas y en donde permanecerá hasta el domingo, siguió con atención y entusiasmo las evoluciones de los nadadores españoles, a los que saludó desde la tribuna.

Acompañaron a la Reina, en los graderíos del pabellón cubierto de natación su hermana, Irene de Grecia; así como José María Arroyo, presidente del Comité Paralímpico Español, y el teniente general José Cabrera, secretario de la soberana española.

Posteriormente, la Reina se desplazó al Estadio Olímpico de la capital griega, próximo a las instalaciones de natación, donde siguió, desde las gradas, la participación de los deportistas paralímpicos españoles.

CERCANA En el coliseo olímpico ateniense, doña Sofía saludó al deportista Santiago Sanz, que obtuvo la plata --su segundo trofeo en lo que va de competición-- en la prueba de los 1.500 metros en silla de ruedas.

La sexta jornada de competición ha sido una de las más parcas en la consecución de medallas, con dos metales en natación --y ya van veinticuatro-- y otros tantos en atletismo, lo que sitúa al medallero español en 37 preseas, sexto en total.

Los nadadores Miguel Luque y Vicente Gil, en los 50 metros braza, abrieron el camino con un oro y una plata, respectivamente. Fue un doblete que llenó de satisfacción a la delegación.

En el estadio, aparte de la plata de Santiago Sanz, se logró la de la madrileña Rosalía Lázaro se quedó a dos centímetros de la bielorrusa V. Zinkevich, ganadora en salto de longitud (ciegos) con el récord mundial que tenía la española.