Fernando Alonso (Renault R23) logró enderezar su rumbo en el Gran Premio de Mónaco y hoy partirá desde la cuarta fila de la formación de salida, que encabezarán el alemán Ralf Schumacher (Williams-BMW) y el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes).

Alonso logró dar una vuelta perfecta en esta ocasión. Su tiempo en el primer sector fue de los mejores, pero su cruz y la del coche está en el segundo, en el que ceden más de diez kilómetros por hora en velocidad punta a su principales rivales. Así los Mclaren-Mercedes, los Williams-BMW y los Ferrari terminaron por delante al final.

La táctica a emplear por Renault será como la mayoría de los otros pilotos: la de una parada sobre mitad de carrera, aunque en la última sesión de entrenamientos libres, a la vista de los tiempos conseguidos por los pilotos de Mclaren-Mercedes, Raikkonen y Coulthard, muchos decidieron bajar la carga de gasolina.

Alonso podía haber mejorado algo su tiempo, pero hasta ahora todo o casi todo había jugado en su contra. Los dos pequeños errores cometidos el jueves en la clasificación, que le relegaron a la decimocuarta posición, y, sobre todo, el no haber rodado casi en los entrenamientos libres durante la mañana de ayer, le dificultaron la labor.

El accidente sufrido por el británico Jenson Button (BAR-Honda), al perder el control de su coche a la salida del túnel y colisionar violentamente contra las protecciones de la variante de entrada al puerto, hizo que las pruebas quedaran suspendidas durante veinte minutos. Eso permitió a los mecánicos de Renault terminar el coche del asturiano para que pudiera salir a la pista el último cuarto de hora.