Fue sincero, como siempre. "Lo siento, de verdad", dijo Fernando Alonso por radio al final de la calificación del GP de Brasil (17.00 horas, Antena 3), ese donde ganó sus títulos mundiales, donde perdió el del 2007 y el del año pasado, bajo la lluvia omnipresente de Brasil. El asturiano buscó los límites del Ferrari para acercarse al Red Bull, un coche que con mucha más carga aerodinámica es también el mejor sobre agua. Alonso estaba a punto de lograr algo impensable en esta recta final del año, disputar una pole a Sebastian Vettel. Era el último intento de la Q-3, con una pista que se iba secando y con ruedas intermedias. El asturiano había hecho una sola décima más que Vettel en el primer sector, el mismo tiempo en el tercero. Pero el asturiano se fue largo en la curva cuatro del segundo sector.

"Perdí siete décimas, no creo que para hacer la pole , pero sí para ser segundo", dijo al quitarse el casco, después de menear la cabeza de un lado a otro. Antes había pedido perdón a su equipo. "No hay nada por lo que tengas que pedirnos perdón", le contestó Andrea Stella, su ingeniero de pista. Felipe Massa, un especialista en este circuito, donde ha ganado dos veces, y en la víspera de su despedida de Ferrari, solo pudo ser octavo. "Es una sensación agridulce, podía haber estado en la primera línea pero, bueno, venimos de hacer séptimo o noveno, así que no puedo estar triste por arrancar tercero. Ahora vamos a intentar recuperar esa posición en la salida, en las primeras vueltas, y subir al podio, que es nuestro objetivo", avanza el bicampeón español.

Alonso pidió perdón de una forma profesional, aunque visto el cuadro que se montó frente al garaje de Ferrari no es extraño que el español y Massa salieran tensos a la pista. Después de un aplazamiento de 40 minutos entre la Q-2 y la Q-3 por el exceso de agua --o la incapacidad de los neumáticos Pirelli para evacuar agua-- en la pista, los 10 supervivientes salieron con gomas de lluvia extrema. Romain Grosjean solo había dado dos vueltas cuanto entró a cambiar a intermedios, algo que imitó el resto. En Ferrari fueron los últimos en enterarse. Y cuando lo hicieron, mandaron entrar a Alonso y Massa a la vez. Y lo dos esperaron un buen rato en el box porque las ruedas no estaban preparadas.