Nadie le va a apurar, no hay nada que pueda presionarle. Fernando Alonso tiene claro cuál es su camino. "Cuando tenga seis puntos más, haremos fiesta. Mientras tanto, hay que esperar". Con la misma serenidad con la que planteó y ejecutó la carrera la comentó después. "Este segundo puesto es como un triunfo porque todo fue perfecto para mí". Mañana comenzará a preparar en Silverstone la próxima carrera de Brasil donde estrenará evolución del motor y nueva aerodinámica.

No era una carrera fácil. La lluvia era sólo parte del problema porque, además, el R25 "se iba mucho de atrás en las curvas rápidas, también se le ha debido ir a Fisichella porque he visto su salida de pista".

EVITAR ACCIDENTES Desde el GP de Brasil, en abril del 2003, sin embargo, no se disputaba una carrera con lluvia. "Es la primera vez que rodamos este año en agua con los coches y para los neumáticos también". El objetivo en esas condiciones era pilotar con mucho cuidado en las primeras vueltas, y a partir de ahí, intentar llevar el coche hasta la meta. Por eso dejó pasar a Trulli --"además no me frenaba" y en el caso de Villeneuve "sabía que tenía que entrar en boxes". También tuvo cuidado con Christian Klien. El austriaco iba con neumáticos de seco. "En algunas zonas iba más rápido que yo, en otras más lento, pero no me interesaba luchar con él",, dijo Alonso. Lo peor es que quería dejarlo pasar, pero tampoco sabía dónde. "Si me pillaba la zona de mojado iba a ir mucho más lento que yo. Busqué la mejor zona donde dejarle pasar y me olvidé de él".

El mejor premio llegó al final, cuando vio a Montoya junto a la valla. "Me enteré antes de que me lo comunicaran por radio. Vi un McLaren y me fijé que era Montoya. Les dije por radio que Montoya estaba fuera justo en el mismo momento que ellos lo estaban viendo por la tele". El error de Montoya, le llevó al segundo escalón del podio. Cumplido el objetivo en Spa, con acabar en el podio de Brasil "ya nos vale". El español sabe que ya roza la gloria y que puede celebrarlo pronto.