Mejor, imposible. "Lo he visto en la pista, sí, y me he quedado impresionado de su imagen y de su comportamiento", dijo, nada más y nada menos, que Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo. "Da gusto verlo de cerca, ver como traza, su sonido, sus reacciones, la verdad es que el Ferrari en manos de Fernando parece otro coche", comentó Carlos Sainz, que apareció en Cheste (Valencia) con júnior, su hijo veloz, para que el muchacho empiece a acostumbrarse, no ya a la velocidad, sino a los monoplazas. "Solo puedo decir una cosa: subirse por vez primera a un Ferrari y hacer 1.11 en Cheste es impresionante", reconoció Pedro Martínez de la Rosa, el otro grande de la jornada de ayer en Valencia, el piloto que, cierto, a más de medio segundo de Alonso (a 0.624) ocupó la segunda plaza de los ensayos.

Y es que, en efecto, el bautismo de Fernando Alonso con Ferrari no pudo ser más impresionante. El bicampeón español de F-1 mejoró, en solo dos horas, el tiempo conseguido por su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, ya se sabe, como reconocen todos en la F-1 el primer adversario de un piloto, en dos días de trabajo. El ídolo brasileño paró el crono, el pasado martes, en 1.11.722 minutos tras 226 vueltas al coqueto trazado Ricardo Tormo y el asturiano lo detuvo en 1.11.470 tras 127 vueltas. Detrás de Alonso, todos los demás, incluído Michael Schumacher (Mercedes, 1.12.438). Delante, 36.400 apasionados espectadores, que participaron de una jornada apoteósica pues al protagonismo de Alonso y De la Rosa se sumó un impresionante Jaime Alguersuari (Toro Rosso, 1.12.576), pegadito al alemán.

Falta mucho, demasiado, todo, falta todo (Jerez, la semana que viene; y Montmeló, a finales de mes) para el gran día (14 de marzo en Bahrein) pero el banderazo de salida del noviazgo entre la F-1 y los pilotos españoles no ha podido ser mejor. Tanto que De la Rosa reconoció que "cuando, a mitad de entrenamiento, he querido probar como simulaba el coche una salida y, pensado disfruta este momento, he levantado la vista al cielo y he visto a miles de personas aplaudiendo y me he dicho: bien, super, miles de personas en un ensayo de F-1 en España ¡lo hemos logrado". Y, sí, el escenario no ha podido ser más hermoso, como los resultados.

ALONSO, MUY PRUDENTE "Soñaba con este instante y ha sido tal y como lo soñé: maravilloso, vibrante, emocionante, muy excitante. Todo ha ido a pedir de boca, sí", dijo Alonso, que se negó a decir si el coche, pese a su impresionante rendimiento de ayer, es un bólido ganador. "No quiero hablar de eso aún porque lo primero que tenemos que hacer es un coche fiable, luego apretarlo a tope, meterle caña y, al final, tal vez en Barcelona, sacar un juicio fiable", añadió Alonso, que agradeció a Massa el trabajo desarrollado a lo largo de dos días. "Felipe me dejó el coche a punto". Y para meter más miedo en el cuerpo, el asturiano aseguró tras los entrenos que aún no está "al cien por cien" para sacar el máximo rendimiento a su nuevo coche "porque todavía no lo conozco".