Puede que sea ese granate metalizado horrible con el que Ferrari ha pintado sus coches, es posible que solo se trate de un episodio más en la trayectoria de victorias que McLaren ostenta en Montecarlo (11, por 8 de Ferrari), o quizá no sea más que un resultado de una sesión libre, pero la escudería inglesa dominó la primera jornada de ensayos de ayer del Gran Premio de Mónaco con un vibrante mano a mano entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton que finalizó con el mejor tiempo del español y el MP4/22 del inglés estampado en la curva de Santa Devota.

En Mónaco todo es distinto, más atractivo. Incluso los entrenamientos del viernes, que en el principado se celebran el jueves porque hoy es festivo y día inhábil en la F-1. Giancarlo Fisichella, Adrian Sutil, Mark Webber y Ralf Schumacher fueron los primeros en comprobar que no hay escapatorias y cada error se paga con el coche desguazado. "Uno de los objetivos del día era dar muchas vueltas para adaptarse al circuito; cuanto más vueltas das, más a gusto te sientes y mejores tiempos haces", explicó Fernando Alonso después de los entrenamientos, siete eventos publicitarios y la reunión de la Asociación de pilotos (GPDA).

DOBLE DOMINIO El piloto asturiano dominó las dos sesiones con solvencia. En la primera, Lewis Hamilton había sido más rápido con los neumáticos más duros (Bridgestone ha traído la especificaciones blando y superblando), en un duelo en el que ambos pasaban más cerca del guardarraíl en cada giro. Alonso mejoró el tiempo del inglés al montar las gomas más blandas. Faltaba saber qué crono iba a marcar el joven líder del mundial cuando le tocara colocar el juego de gomas más blandas en la segunda manga.

Hamilton fue a cuchillo en su primer giro y erró en la frenada de Santa Devota. "Los neumáticos no agarraron lo suficiente, el coche se fue de atrás y ya sabemos que Mónaco no perdona", resolvió el inglés. Kimi Raikkonen sí aprovechó su juego de gomas blandas y marcó el segundo mejor tiempo, tras Alonso.