Unos 45 minutos antes de que empezara el partido, hubo altercados en la calle de acceso a la tribuna del Estadio Romano. Una treintena de aficionados béticos atravesaban dicha calle para pelearse con aficionados del Mérida. A pesar de que había pocos efectivos, pues no se había previsto que pudiera ocurrir este tipo de enfrentamiento, la rápida actuación de la policía tanto nacional como municipal y de la seguridad privada del estadio, hizo que en ningún momento llegaran a enfrentarse directamente ambos bandos, pero sí hubo lanzamiento de botellas, piedras, conos y cualquier elemento arrojadizo que iban encontrando, lo que sembró el pánico entre familias que estaban en el entorno del estadio en ese momento, y provocó desperfectos en algunos coches que estaban aparcados.