Aparte de la feroz crisis de resultados, algo más profundo empieza a cocerse alrededor del Cacereño: la idea de un grupo de sus exdirigentes que, cansados de la desconexión entre la actual club y la propia ciudad, proyectan la creación de una nueva entidad que revitalice la ilusión por el fútbol en la afición.

Luis Arroyo es la cabeza visible de esta serie de personas, cuya opinión es unánime al respecto de lo que está ocurriendo en el equipo de sus amores, que pronto cumplirá 85 años de historia: "Félix Campo --su presidente y accionista casi único-- no quiere poner remedio a lo que está ocurriendo con el proyecto deportivo. Si se prescinde de la afición, esto se va al garete. Hizo muchísimas promesas y no las está cumpliendo", afirma Arroyo, directivo en varias etapas y una de las pocas personas de la ciudad que en su momento compró acciones cuando se acometió la reconversión en SAD.

Ya ha habido varias reuniones informales para impulsar la alternativa. Sería un club en principio modesto, que tendría que empezar en Primera Regional o en Preferente. "Después, seríamos lo que la afición quisiese", apunta el portavoz del grupo, que incluye a otros notables , como Pedro Rocha, y mantiene abiertas las puertas para Angel Carrasco, José Luis Casares o incluso Juan Ojalvo.

"Nuestra idea es sumar y no restar. Si Campo dialoga podremos hacer algo. Si no, estamos convencidos de ir hacia adelante. El club que hay ahora ya no es algo de Cáceres. Sólo prima lo económico y es lógico que el presidente quiera ganar dinero, pero no prescindiendo de lo deportivo", apostilla.

EL ENTRENADOR Mientras, Campo sigue conservando la confianza en el técnico, Ismael Díaz, pese a la octava derrota seguida. El técnico asegura que no ve al equipo "muerto". "Estamos con respiración asistida, pero quedan 30 puntos en juego. El presidente y la plantilla están conmigo. Aquí estamos tirándonos piedras todos contra todos desde el primer partido. Lo fácil sería irme...", dijo en la Ser.