Cieza, en la Murcia interior, tiene apenas 35.000 habitantes. Es como Plasencia, vamos. Allí nació, por ejemplo, José Antonio Camacho, un futbolista y entrenador de un profundo carácter. Algo querrá que se le ‘pegue’ de ello el llerenense Álvaro Martín, uno de los deportistas extremeños más ‘top’, que se traslada allí para los próximos años con vistas a afrontar dos Juegos Olímpicos: los aplazados de Tokio en 2021 y los de París en 2024.

El campeón de Europa de 20 kilómetros marcha -inolvidable su triunfo en las calles de Berlín en 2018- se traslada allí en los próximos meses. La explicación hay que buscarla en un nombre fundamental en su carrera: su veterano entrenador, José Antonio Carrillo, que tiene en Cieza su base de operaciones.

Martín es un tipo racional. A sus 26 años exhibe la madurez del que hace algo después de pensarlo todo una y mil veces. Sobre la mesa estuvo incluso la posibilidad de que se quedase en su ciudad natal, donde pasó el confinamiento con el cierre de la residencia Blume de la capital de España. «Llevaba diez años en Madrid y se pierde mucho tiempo en ir de acá para allá. Una cosa que he descubierto con el tema de la pandemia es que me puedo apañar por mí mismo. Las instalaciones que hay en Llerena eran suficientes, pero este ciclo olímpico tengo que hacerlo cerca de mi entrenador, apurar todas las opciones que podamos tener y explotar lo máximo mi carrera deportiva», cuenta a este diario.

Pudo haberse quedado en la Blume, para la que mantenía una beca externa, pero la rechazó «tras darle muchas vueltas». «No solo era querer irme, sino probar estar todos los días con mi entrenador. Está encantado, no solo porque voy a estar cerca de él, sino por la disposición que estoy mostrando de cuidar todos los detalles. Ojalá me hubiese podido quedar en Llerena y es verdad que sí que podría entrenar aquí, pero hay ciertas cosas, en ciertos momentos de la temporada, en los que tengo que entrenar con Jose», reitera.

Alto rendimiento

Alto rendimientoEn la localidad murciana se encontrará además unas condiciones ideales. «Estamos llevando un proyecto bonito: hay construidas unas instalaciones especializadas en marcha atlética, pero hay un limbo jurídico que se está intentando regularizar para poder desarrollar distintos programas. Sería un centro de alto rendimiento focalizado en la marcha, algo similar a lo que hay en León con los lanzamientos», cuenta.

Ya tiene piso en Cieza, aunque su traslado efectivo no se producirá hasta enero: «Desde el 14 de octubre al 20 de diciembre voy a estar de concentración en concentración, de un sitio para otro: Sierra Nevada, la Manga del Mar Menor, Tenerife…».

Y es que no queda ninguna prueba que afrontar esta temporada ya. Las miras a nivel competitivo están en el 2021, con un calendario ya establecido «que no deja de estar todo un poco en el aire, como todo. Hay un protocolo de actuación y creo que se podrán llevar adelante, aunque sean limitadas con la fórmula de las ‘burbujas’ y sin público, evidentemente. Todo depende cómo se va desarrollando la situación».

Martín es un tipo inquieto además. «Me han surgido bastantes proyectos y cosillas enfocadas en el ámbito deportivo. Hay proyectos que están avanzando y esperemos que salgan adelante», suelta, sin dar más detalles. Tras terminar Ciencias del Deporte, también estudia Derecho entre 2º y 3º. Lamenta que «pensando en los Juegos Olímpicos me cogí solo la mitad del curso pasado. Me da rabia porque con todo el tiempo que he tenido me pude hacer curso y medio. Este año me he matriculado de uno entero a pesar de que espero que haya Juegos».

También se ha posicionado en la batalla por suceder a Francisco Carrapiso al frente de la Federación Extremeña de Atletismo. Su madre, Macarena Uriol, está dentro de la candidatura ‘La Federación eres tú’, encabezada por Antonio Campos y Mariola Álvarez, que se enfrentará a la de Marta Carballo. «Ganen unos o ganen otros, hay un problema de fondo: la imagen que hay de la Federación Extremeña con tanto proceso judicial y tanto enfrentamiento. Todos me preguntan qué pasa aquí. Esto se tiene que acabar porque se ha perdido totalmente la educación», expresa.