Ha sido un aviso de Pirelli para la próxima temporada. "O podemos hacer tests o tendremos que hacer neumáticos muy consistentes, para una sola parada", dice Paul Hembery, su responsable para F-1. Y para muestra eligió dos compuestos duros para el Gran Premio de EEUU, con una estrategia general a una parada, un bostezo continuo. El público solo retiró la mano de la boca para seguir la batalla entre Fernando Alonso, Checo Pérez y Niko Hulhemberg por la quinta posición que, finalmente, cayó del lado del piloto de Ferrari. No es difícil de imaginar la tranquilidad con la que Sebastian Vettel se anotó el triunfo, el octavo consecutivo, récord absoluto en más de 60 años de Fórmula 1.

Es un grandísimo piloto y conduce un coche excepcional. No necesita más ayudas. "Iban bien en la calificación pero sufrían en carrera a comienzo de temporada. Entonces se quejaron de los neumáticos hasta que se los cambiaron y, entonces, enlazaron ocho victorias seguidas", se lamenta el bicampeón Alonso, con mucha razón, aunque esa queja debería elevarla a sus jefes en Ferrari que permitieron algo así.

PELEA DESIGUAL El cambio, sí, benefició a Red Bull, a Mercedes, y perjudicó a Lotus, a Ferrari. Pero el desplome de los coches rojos en las últimas carreras es sonrojante. Romain Grosjean consiguió un segundo puesto merecido para Lotus, muy trabajado para incrustarse entre los Red Bull. Lewis Hamilton tampoco sufrió mucho para ser cuarto. Pero Alonso tuvo que batallar hasta la extenuación por un quinto. "No estamos para entrar en la Q-3, casi ni para sumar puntos. Mira Felipe (13º). Es casi imposible luchar así por el subcampeonato de marcas frente a Mercedes", dice el asturiano. Adelantó a Pérez en el parada en boxes , y a Hulkenberg en pista, aunque el alemán llegó con los neumáticos más enteros al final de carrera y el asturiano se defendió como pudo.

LA ALEGRIA DE VETTEL Vaya manera de asegurarse el subcampeonato del mundo, el tercero de su carrera, el tercero con Ferrari, el tercero tras los Red Bull. "El año que viene dependerá de cómo nazcan los coches, de cómo se adapten los neumáticos. Espero que si a Red Bull no le van bien, no los vuelvan a cambiar de nuevo", dice con ironía instantes después de que Vettel se anotara otro Grand Chelem (pole , victoria y vuelta rápida), celebrado con unos donuts, sin importar el motor, la caja de cambios... nada en su imbatible coche. "Tenemos que disfrutar de estas victorias porque no duraran siempre", les dijo el alemán a sus chicos por radio, en su 12º triunfo del año, a solo uno del récord absoluto de su compatriota Michael Schumacher.

"La verdad es que nuestro subcampeonato estaba casi asegurado ya que era difícil que Kimi Raikkonen --ausente en la dos pruebas finales-- y Lewis Hamilton pudiesen ganar las dos carreras que quedaban", explicó Alonso.

"Estoy contento de ser subcampeón y el primero de los mortales", afirmó el español al aludir a la tremenda superioridad exhibida por Vettel y su bólido Red Bull, binomio que ha ganado 12 de las 18 carreras disputadas, las 8 últimas de forma consecutiva.

Al referirse a la carrera, el asturiano señaló: "Sabía que la salida iba a ser complicada, y en la arrancada perdimos una posición. En la segunda parte, con los neumáticos duros, íbamos más rápidos y éramos más competitivos y pudimos atacar. Al final de la carrera llegué con las ruedas muy castigadas y sufrí para mantener detrás a Nico Hülkenberg".