Ganó la prueba más rápida de la historia, en la que cinco atletas bajaron de los 10 segundos. El neoyorquino, que se entrena con Trevor Graham, extécnico de Marion Jones, sorprendió a Obikwelu, Green y Crawford, los grandes favoritos. Luego no pudo redondear su gran cita con otra medalla de oro en el relevo 4x100, en el que los americanos fallaron.