La relación de Jesús Gil con Extremadura era buena. Buenísima, según los extremeños con los que ha trabajó en el Atlético de Madrid. "Le parecíamos gente muy honrada, muy trabajadora", afirma el abogado cacereño Vicente Montes. Negoció con él los contratos del exfutbolista Manuel Sánchez Delgado, Manolo , y después formó parte de la dirección deportiva del club rojiblanco.

Montes y el propio Manolo asistieron ayer a la capilla ardiente instalada en el Vicente Calderón y mostraron su pesar por la muerte de una persona a la que definieron como "apasionada y muy cariñosa". El exjugador le conoció en todas sus etapas y guarda un gran recuerdo de su fichaje por el Atlético, en 1987. "Fui con mi padre para cerrar el acuerdo y nos recibió en el Club Financiero. Nos impresionó lo grande que era en todos los sentidos", afirma.

Durante años, Manolo y Gil tuvieron multitud de vivencias juntos. "Me quedo con lo positivo. El mejor momento fue cuando ganamos la Copa del Rey ante el Real Madrid y él en el vestuario parecía un jugador más celebrándolo. Su obsesión era hacer un Atlético grande", recuerda.

El partido de Cáceres

En 1991 el cariño de Gil por Extremadura se expresó llevando el encuentro Atlético-Deportivo de Liga a Cáceres. El Vicente Calderón estaba clausurado y el entonces presidente colchonero optó por el Príncipe Felipe a pesar de que tenía otras ofertas. Manolo, entonces en el cénit de su carrera, fue importante para que lo hiciese, aunque todo acabó de forma amarga porque su equipo perdió 1-2.

Después llegaron los años en los que Mérida y Extremadura militaron en Primera. Gil viajó con el equipo, repartió autógrafos allá donde fue y mantuvo una gran amistad con los expresidentes de ambos clubs, José Fouto y Pedro Nieto, a los que cedió jugadores.