El día siguiente a la junta general del Cáceres, en la que se decidió acometer una ampliación de capital por 2,4 millones de euros (400 millones de pesetas), dejó tiempo para las conclusiones. Una de ellas es que los actuales accionistas mayoritarios --ayuntamiento y grandes empresas locales-- tienen opiniones divergentes ante la operación. Algunos no se definen aún, otros afirman tibiamente que sí comprarán nuevamente títulos y no faltan los que, como Pedro Santano, se niegan abiertamente a ello.

El papel que ejerza el actual consejo se intuye fundamental. Su presidente, José María Bermejo, se ha apresurado a decir que él y su empresa serán los primeros en comprar. Ahora su participación en el accionariado, al igual que la de la mayoría de los consejeros, resulta irrelevante.

Todos son conscientes de que cubrir el capital social será muy complicado. En su momento ya costó mucho vender los 700.000 euros (116 millones de pesetas) de la conversión en sociedad anónima deportiva, con otras circunstancias deportivas, sociales y políticas.

OFERTA EN LUGO

Si Cáceres no responde en la tercera fase del proceso se estará a merced de una operación que lleve al equipo lejos de la ciudad. Es lo que puede pasar en Lugo, donde un consejero del Breogán, Jesús Castro, afirmó que se ha recibido una astronómica oferta de doce millones de euros (2.000 millones de pesetas) para trasladar la franquicia ACB. El Cáceres costaría bastante menos de la mitad.