Ampliar el estadio Nuevo Vivero, de unos 15.000 asientos a 40.000, costaría unos siete millones de euros. Es el requisito si la candidatura ibérica de España y Portugal para organizar el mundial de fútbol del 2018 resultase elegida por la FIFA en diciembre y si a su vez, la RFEF opta por Badajoz como una de las nueve o diez sedes españolas, ya que Portugal elegiría a dos o tres. Serán doce en total.

Los siete millones de euros los asumirían a partes iguales entre la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Badajoz, con unos tres millones cada uno, y un millón más de la Federación.

Ayer, en la sede de la Extremeña en Badajoz se reunieron los integrantes de la comisión evaluadora de la Real Federación Española de Fútbol, el presidente de la Extremeña, Juan de Dios Monterde, miembros de la Junta y el Ayuntamiento de Badajoz.

Esta es la última ciudad que visita la comisión y ahora deberá poner encima de la mesa los pros y contras de los 25 estadios en 18 ciudades y tomar una decisión en un mes, quedándose con 18 estadios entre España y Portugal para que la FIFA acabe eligiendo a 12 de ambos paises.

Miguel Angel López, representante de la Comisión Evaluadora de la RFEF, aseguró que "nuestro cometido no es comparar las ciudades candidatas sino recabar información. A partir de aquí, emitiremos los informes y se tomará una decisión".

"El punto más fuerte de Badajoz es la unión con Portugal", reflejó Monterde para añadir como punto mejorable, "la remodelación del estadio, pero lo vamos a conseguir".