Reflexiones desde dentro. La central canterana del Extremadura Arroyo Ana Lucas afirma que la situación devenida por la pandemia del covid-19 es «complicada, nos ha tocado y nos toca sufrir y amoldarnos», e incluso añade que el hecho de que toda la población deba llevar puesta una mascarilla «es surrealista, sin poder abrazarnos ni tocarnos, la verdad es que es triste, pero no debemos perder el ánimo, todo esto pasará».

Lucas (Arroyo de la Luz, 2001), asegura que el confinamiento y el aislamiento decretados en la localidad cacereña en marzo «no ha dejado indiferente a nadie, y es que han sido muchas semanas sin saber qué hacer y sin apenas opciones, y esta situación, para los que nos gusta movernos, ha representado un duro reto que no teníamos más remedio que superar».

La jugadora manifiesta que las primeras semanas «las llevabas con ilusión y con ganas de que pasara pronto», pero que después, «conforme pasaba el tiempo, la coyuntura se tornaba más complicada, y los días se hacían eternos en casa, sin poder ver a tus familiares y amistades, y tocaba sufrir».

«Además, la llegada del ejército a nuestras calles dibujaba al principio un panorama siniestro y desolador, parecía una película de miedo; me pasaba muchas horas en el balcón como esperando que ocurriera algo, hasta que poco a poco vas entendiendo la magnífica labor que hacía y la seguridad que nos daba a los arroyanos que los soldados estuvieran desplegados en nuestras calles», añade.

Ana Lucas asevera que ahora la situación es «mucho mejor, y aunque nunca debemos dejar de extremar las precauciones, la verdad es que el ánimo de la gente ha cambiado, y yo en concreto puedo concentrarme mucho más en los exámenes finales de mi grado (Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) y en volver en cuanto se pueda a entrenar y a jugar a voleibol, mi auténtica pasión».

Y reconoce que ciertos hábitos del confinamiento aún los mantiene en su agenda casi diaria, como los juegos de mesa con su familia, ver series en televisión y hacer deporte con su hermano mayor (Jesús).

«En cualquier caso, y es curioso, porque no podía practicarlo, el voleibol ha mantenido mi cabeza ocupada muchas horas de este largo proceso, incluso he participado en un curso de arbitraje de la Federación Extremeña, al tiempo que ha asistido virtualmente a ponencias de jugadores y entrenadores, circunstancia que explica mi vinculación máxima con el voley», concluye.