Todos los equipos del mundo tienen un comodín en su plantilla. Ese jugador polivalente, rentable, eficiente, que puede tapar muchos agujeros y que, muy habitualmente, cumple ese perfil de jugador silencioso, profesional y poco problemático. El Extremadura también lo tiene y se llama Ángel Bastos.

El lateral vigués se ha convertido en un jugador fundamental en los esquemas de Manuel. Nunca es brillante ni nunca es desastre. Su regularidad le convierten en un jugador de notable que buscan todas las plantillas. Esta temporada, Bastos ha tenido que utilizar los dos laterales. Si el derecho no funciona, Bastos. Si en el izquierdo no hay nadie, Bastos. Si se necesita más velocidad, Bastos. Es un multiusos que huye de los focos, pero siempre quiere estar en el verde. «Yo no me considero más importante que nadie. Veo que siendo polivalente tengo más oportunidades de jugar y ayudar más al equipo. Eso es lo que noto», dice cumpliendo el principio de máxima prudencia.

Bastos es un lateral derecho que hace un año, coincidiendo con la llegada de Manuel, reconvirtió su posición al lateral izquierdo. La posición no era nueva para él, ya que con Rubén de la Barrera, en la Cultural Leonesa, se acostumbró a jugar de lateral a pierna cambiada para hacer daño por dentro: «tenía un estilo muy peculiar y me puso en ese lugar. Me adapté bien», señala el jugador. Cuando por alerta amarilla ha faltado Ale Díez, Manuel no lo ha dudado y ha ubicado a Bastos, que volverá al ala izquierdo el sábado en Huesca.

Bastos es un tipo preferentemente reservado, pero bastante optimista. «Hacía falta una victoria y la conseguimos. Veíamos que trabajábamos muy duro cada semana y que el fruto que recogíamos no se correspondía con nuestro trabajo. Ha reconfortado mucho estos tres puntos, quizá con más sufrimiento de lo esperado».

Positivo

PositivoA Bastos, como a su ‘compatriota’ Manuel, no le gusta echar cuentas y se tiene la lección muy bien aprendida: «solo miramos al partido del Huesca que es el único que podemos mirar. Ahora no miramos la tabla clasificatoria». Y en Huesca está un amigo, el portero Álvaro Fernández: «seguimos teniendo un grupo de whatsapp con muchos compañeros del vestuario y es uno con el que hablamos mucho. Si para algunas menos que en la primera vuelta nos damos por satisfechos», dijo de manera irónica.

Bastos, al que le queda este año y otro más de contrato en el Extremadura, llegó en su día procedente del Reus y considera que ha encontrado una normalidad y equilibrio en Almendralejo. El vigués es un tipo tranquilo, que ama lo cotidiano y que espera volver a lograr otra permanencia heroica de azulgrana.