Llueve menos en Badajoz tras la victoria del domingo ante el Linares. Fue lo único verdaderamente agradable en la jornada ya que el Mérida, que casi acarició el triunfo, volvió a ceder en casa. Eso sí, peor fueron las cosas para Extremadura y Díter. En Tercera, los candidatos aprovecharon sus cruces directos entre ellos para hacer un reparto equitativo de puntos.

En la élite, descansó el Flecha Negra y más vale que lo hubiera hecho el Puebla. Huérfano y desamparado, el equipo verde mostró su peor cara como denunciando ostracimos.

A Noé le van a hablar a estas alturas del agua

Ganó el Badajoz, que falta hacía, y al final hubo controversia sobre la legitimidad o no de un penalti. Fue demoledor Nene Montero al asegurar que tiene un dossier con penas máximas de todas las formas, tipos y colores que no le han pitado a su equipo como para que vengan a esta alturas a tocarle los penaltis . A quien le enredaron al final en el marcador, y en el bolsillo de los puntos, fue al Mérida, que tenía por fin encarrilado un tanteo en casa y luego pasó lo que pasó.

Lo del Díter es de alfa y omega. Capaz de ganar, volteando el marcador y a lo grande en mitad de semana, se adelanta en Baza el domingo y vuelve con un saco. Y lo que es peor, con síntomas de bajadas de brazos. Se equivocan, hay que morir como Caster en Little Big Horn, con las botas puestas . Y los que calientan la oreja a don Santiago (Barrigón) que lean y entiendan bien, sin dobleces, sin ambages.

Y qué me dicen de ese Extremadura en formación, sin plantilla, sin refuerzos, sin campos, sin cobrar..., como denuncia su técnico cada vez que puede. Volvió a perder fuera y, lo que es peor, a dar una mala imagen.

Los inquilinos del ático, como buenos hermanos

El balance en la Tercera División es mucho más fácil. Por arriba, reparto de puntos entre los que andan en condiciones de merecen pensando en la fase de ascenso. Jugaron entre ellos y todo salieron con idéntica renta.

Por abajo, se sigue apretando la cosa y continúa llamando la atención, ahora en positivo, lo del Extremadura B. Y en medio, la pesadilla que parece no finalizar del Cacereño. Qué cruz, Dios mío, qué cruz.

En la élite, el Puebla, tan sólo el Puebla, mi pobre Puebla.