Primero y segundo en la etapa. Primero y tercero en la general. 28 años tiene Igor Antón, los mismos que Alberto Contador y dos menos que Vincenzo Nibali, quien ayer salvó la segunda plaza del Giro de Italia por un solo segundo, ante la embestida del chaval vasco de Galdakao, un corredor que no ha podido consagrarse como estrella por la mala suerte que siempre lo ha perseguido. El año pasado acabó en el hospital cuando tenía la Vuelta prácticamente ganada.

Antón consiguió ayer por delante de Contador, firme al frente de la general --con Nibali a 11 segundos más de diferencia que el viernes (3.21 minutos)-- su victoria de mayor prestigio.

El monte Zoncolan, donde ayer acabó la 14 etapa de la ronda italiana, está considerado como un monumento en Italia y una cumbre de tremenda dificultad. Fue la segunda jornada consecutiva del tríptico de los Dolomitas, que finaliza hoy con la que está considerada como la etapa reina, el más difícil todavía. Un día en el que se suavizó el recorrido previo al Zoncolan con la anulación del terrorífico descenso del Crostis. Y no ocurrió gran cosa hasta que, a falta de siete kilómetros para coronar el Zoncolan, Purito Rodríguez fue el encargado de abrir la sesión de ataques. Lo hizo unos metros antes de que Antón pasara a la acción, o que Contador decidiera someter de forma ofensiva a sus rivales italianos, Scarponi y Nibali.

La maglia rosa serenó los ánimos para ascender al Zoncolan más al estilo de Induráin; es decir, dejando la gloria de la jornada para otros (en este caso Antón) y controlándolo todo.