Optimismo creciente en el Mérida. Diego Merino ya tiene a su tropa romana al completo --a excepción de Miguel Montes, que aún no tiene ficha federativa tras lesionarse de gravedad nada menos que en abril--. El jugador más esperado por la afición emeritense es Antonio Pino, que está de baja desde finales de septiembre y que hasta el partido ante el Badajoz del pasado domingo no apareció en convocatoria alguna.

Su antecesor, Santi Amaro, utilizó a Pino como dupla atacante junto a Miguel Ángel Espinar. De momento, Merino ha optado por Cristo como única referencia en la delantera y Miguel Ángel Espinar ha quedado relegado a un papel más que secundario.

El próximo partido, ante el Sevilla Atlético, puede suponer el regreso de Antonio Pino al verde. Bien es cierto que el delantero pecholata aún no está para disputar el duelo completo, pero sí que gozará si Merino lo estima oportuno de algunos minutos para ir cogiendo ritmo. Un bendito dolor de cabeza para el preparador capitalino.

La plantilla regresó ayer a los entrenamientos tras descansar el martes. Lo hizo con los ánimos bastante renovados después del 1-1 arrancado en el Nuevo Vivero y que, aunque no le sirve para salir de las posiciones de descenso, sí que es un impulso moral de cara a los próximos choques, empezando por el del domingo ante el filial sevillista.