Un precioso pueblo gallego de pescadores le vio nacer en el año del Mundial 82. A 60 kilómetros de su cuna coruñesa se engalanaba el estadio de Riazor para recibir a polacos, peruanos y cameruneses dispuestos a empatar con la futura campeona, la escuadra azzura, aunque a lo lejos no había equipos para niños en aquel lugar con mar.

Por eso, Angel Mato, 'Anxo' tuvo que dar muchas patadas al balón en la arena de la playa de Laxe hasta que fichó por el Baio como infantil y después pasó al Bergantiños. Para ir a entrenar tenía tres opciones diarias: andar, hacer autoestop o coger la bicicleta.

En el año 94, vio en la televisión el ascenso a Primera de su equipo favorito, la Sociedad Deportiva Compostela. Apenas seis años después, esos jugadores a los que idolatraba: Fabiano , Bellido y Ohen y más tarde Sion y Gudelj , acabarían siendo sus compañeros, e incluso suplentes de él.

Por aquel entonces, el deportivista Nando veraneaba en Laxe. "Lo conocí un día en la playa, fue super majo y tres años después estaba jugando con él-", recuerda Anxo, futbolista como la catedral que le abrió las puertas de Segunda División firmando con 17 años un contrato de cinco temporadas. En el Compos debutó en Segunda División ante el Real Betis de Joaquín , "sustituyendo en el partido a un símbolo como Fabiano y jugó 27 partidos de liga. Se mezclaba el buen trato que recibía en el vestuario pese a la abismal diferencia en "experiencia futbolística y contratos", con la crisis económica del club gallego que llegó a adeudarle 12 mensualidades.

Su denuncia le cortó la progresión y tuvo como represalia una cesión al Burgos. Allí coincidió con el dombenitense Juanlu para volver más tarde al Compos, que acabó desapareciendo, y firmar por el Ourense en donde estuvo cuatro años, siendo el máximo goleador del equipo en su última temporada. "Allí viví mis mejores y mis peores momentos", recuerda. Fueron campeones de la Copa Federación y jugaron fases de ascenso a Segunda, pero Anxo también pasó un año en blanco por una complicada lesión de pubis.

Más 'vueltas'

De nuevo los problemas de cobro hicieron que perdonara su contrato y emprendiera un nuevo rumbo a Ceuta, "en un buen año". Después se quedó sin equipo y para no perder el ritmo estuvo tres meses en el Racing Villalbés hasta que en el 2009 por fin llegó a Extremadura para fichar por el Villanovense. "Era un reto porque estaba muy a gusto en mi tierra, había recorrido ya muchas ciudades y no quería salir fuera otra vez, pero me dijeron que era un club serio y yo quería volver a jugar en 2 B".

La tierra tira y pese a que estuvieron a punto de salvar la categoría, Anxo volvió a casa para militar en el Santa Comba de Tercera, hasta que el amor le volvió a guiar hacia el Romero Cuerda. "Conocí a mi pareja aquí. La distancia era complicada y regresé para ascender a 2 B. La pasada temporada logramos la permanencia en una gran segunda vuelta difícil de repetir, y en ésta vamos a pelear para salvarnos, aunque será fundamental que seamos fuertes en casa".

Ahora a sus veinte y diez, disfruta de unos años dorados como un serón más, pero con acento gallego. No fue fácil llegar a Villanueva tras un largo camino en el fútbol marcado por las deudas de los clubes por los que fichaba. "El Villanovense es el único al que no he tenido que denunciar en mi vida. Su directiva hace las cosas bien".

Anxo es uno de los mejores futbolistas de 2 B, un jugador desequilibrante. Sin embargo, recibe los piropos con máxima humildad. "Hay muchos futbolistas buenos, no me considero el mejor". ¿Y su futuro? Siempre ha vivido el fútbol "día a día" y aunque desde aquí no se escuche el ruido de las olas de su pueblo coruñés, sí percibe cada domingo el de la afición serona que le aclama.