No es ninguna barbaridad escribir que en el ciclismo femenino están primero las corredoras neerlandesas y luego las demás. Ellas son las dominadoras absolutas en cualquier carrera, como es el caso ahora del Mundial, hace unos días del Giro y a buen seguro que a partir de la próxima semana en la colección de clásicas que se presentan y se corren casi sin respiro.Unas veces gana Anna van der Breggen, como fue el caso de este sábado, y en otras ocasiones la triunfadora es Annemiek van Vleuten, plata en Imola y flamante fichaje del Movistar para el año que viene. Y, por si fuera poco, aunque en esta ocasión como cuarta de la clase, llega Marianne Vos, después de haber sido tres veces campeona mundial y una vez, en Londres, campeona olímpica.

Luego están las demás

Y luego están las demás, en un pelotón encabezado en esta ocasión, por la italiana Elisa Longo Borghini, para perder en el esprint y ante Van Vleuten la pelea por la medalla de plata, porque Van der Breggen, campeona olímpica y también mundial hace dos años, campeona de contrarreloj el jueves y también del Giro, se fugó a más de 40 kilómetros de la meta para llegar a la recta del circuito de Imola en solitario y vestirse con el jersey arcoíris que hasta la salida de la carrera llevaba su compañera de selección Van Vleuten.Las tres son veteranas, Van der Breggen (30 años), Van Vleuten (37) y Vos (33) pero siguen dando guerra sin que parezca que, por ahora, tengan ninguna fecha de caducidad. Las tres son auténticas estrellas entre la afición neerlandesa que disfruta con sus éxitos más allá de las exhibiciones de los corredores del Jumbo masculino.En Imola, donde este domingo se celebra el campeonato en categoría masculina, intentó pelear por las medallas, y hasta se fugó, la corredora mallorquina Mavi García, quien al final tuvo que conformarse con la 18 plaza de la prueba. También se dejó ver la guipuzcoana Ane Santesteban que al final acabó el Mundial en la posición 23.