ESTADOS UNIDOS - 1: Howard, Cherundolo, DeMerit, Bocanegra, Bornstein (Beasley, m.81), Donovan, Bradley, Dempsey, Edu (Buddle, m.64), Gomez (Fielhaber, m.46) y Altidore.

ARGELIA - 0: Mbolhi, Kadir, Bougherra, Belhadj, Yahia, Halliche, Yebda, Lacen, Matmour (Saifi, m.86), Ziani (Guedioura, m.69) y Djebbour (Ghezzal, m.65).

GOL: 1-0, m.92: Donovan.

ARBITRO: Frank de Bleeckere (Bélgica). Amonestó por Argelia a Yebda y Lacen, y por Estados Unidos a Altidore y Beasley. En el minuto 93 expulsó por doble amonestación al argelino Yahia, al que mostró las dos tarjetas en la misma jugada.

Hasta el tiempo añadido no pudo consumar Estados Unidos su clasificación. Mereció encarrilarla antes, y holgadamente por las ocasiones que creó, pero su falta de puntería le condenó a una dosis de sufrimiento que acabó Landon Donovan. El mejor futbolista norteamericano encontró el camino de la red que no vieron Dempsey ni Altidore.

El árbitro les anuló un tanto legal, el segundo del torneo, y luego se equivocó también en la expulsión de Yahia. Argelia necesitaba el milagro de vencer por dos tantos, pero el larguero le impidió siquiera anotar el primero.

"Hubo algo muy importante en este partido y es que los jugadores de Estados Unidos nunca se rindieron. Sabían que necesitaban ganar y buscaron el triunfo hasta el final", explicó un eufórico Bob Bradley, técnico yankee , que no perdió la ocasión para ponerse romántico: "le mando un beso a mi esposa".