Fernando Alonso hizo historia al acabar en segundo lugar del Gran Premio de España de Fórmula Uno, sólo superado por el pentacampeón Michael Schumacher y su nuevo Ferrari 2003, en una jornada inolvidable para el español y para los 96.000 espectadores que acudieron al circuito de Cataluña.

Alonso logró ayer el mejor resultado de un piloto español en la Fórmula Uno, ya que hasta ahora sólo Alfonso Cabeza de Vaca, Marqués de Portago, había acabado en la segunda posición en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1956, pero con la salvedad de que compartió su Ferrari con Peter Collins, como autorizaba entonces el reglamento.

Autor de una salida espectacular, en la que adelantó a Barrichello y se situó bajo el alerón de Michael Schumacher, los Ferrari, para contener al impulsivo asturiano, estuvieron a punto de tocarse y quedar eliminados. Pero después de esta exhibición la carrera fue neutralizada tras el coche de seguridad, porque en la línea de salía se había quedado clavado Antonio Pizzonia y fue embestido por detrás por Raikkonen, el líder del Mundial, que partía desde el último y puesto, y ambos coches quedaban en medio de la pista. También se quedó en la primera curva el compañero de Fernando Alonso, el italiano Jarno Trulli, eliminado por el británico David Coulthard.

TRAS LOS DOS FERRARI

Cuando se reanudó la carrera Alonso siguió perfectamente el ritmo de los Ferrari y, aunque Barrichello cubría la espalda de Michael Schumacher, no lograba que se escapara su compañero de equipo, porque el ovetense le presionaba continuamente. El piloto de Renault se paró por primera vez a repostar en la vuelta 17, se incorporó a la pista en la quinta posición y con la ventaja de poder rodar libremente sin que nadie obstaculizara su marcha. Así, cuando se detuvo Barrichello tres vueltas después, el español se encontró en segunda posición.

El momento más difícil de la carrera de Alonso fue entre las vueltas 38 y 41, cuando se encontró detrás de Ralf Schumacher, tras la segunda parada para repostar. El asturiano no podía quedarse detrás del alemán, que ya le había puesto las cosas difíciles a su hermano Michael. Le presionó y le enfiló por el interior, le pasó y Ralf, en una jornada desafortunada, se salió además de la pista, quizá sorprendido por la audaz maniobra de Alonso, similar a la que le hizo en Brasil.

El adelantamiento a Ralf le permitió asegurarse el segundo puesto, ya que Barrichello también perdió mucho tiempo en superarlo y quedó definitivamente descolgado.

Michael Schumacher cruzó la línea de meta con cinco segundos y siete décimas de ventaja sobre Alonso y logró así la victoria número 47 de su carrera, la quinta en el Gran Premio de España y la tercera consecutiva en el Circuito de Cataluña.

Las gradas recibieron de manera estruendosa el paso de Alonso, brazos en alto, loco de alegría, y luego saludando a los millares de seguidores a los que no había defraudado con su actuación.

Rubens Barrichello terminó tercero a trece segundos del asturiano, y el cuarto puesto fue para el colombiano Montoya, que había dado buena cuenta de su compañero Ralf Schumacher.