Es el momento de estar más unidos que nunca; Angel Marcos es nuestro entrenador, no hay ninguna duda". Ese es el mensaje oficial del Cacereño, que quiere transmitir tranquilidad a pesar de haber caído a puestos de descenso después de dos meses sin ganar. La imagen del equipo, el fútbol que despliega, es bueno, "y va a más", dice convencido Javier Sanz, director deportivo del club, que sigue trabajando en la incorporación de al menos un refuerzo más. No será Raúl Fabiani, con el que se ha negociado, pero se ha descartado por tratarse de una opción demasiado "compleja".

"Hay jugadores interesantes", apunta Sanz, que repite cuáles son las necesidades del Cacereño: "Un jugador de ataque, desequilibrante, que nos de gol. El domingo en Burgos tuvimos mucho control, pero no materializamos".

El Cacereño recibe el domingo al Guijuelo (12.00 horas) en la que será la primera final de las trece que restan. Por eso en el club piden al público que se centre en animar, en ayudar al equipo a cambiar la dinámica tan negativa en la que está instalado. Mientras, la entidad trabaja en alguna opción que permita llevar más gente hasta el Príncipe Felipe, "porque ahora todo el apoyo que recibamos será bien recibido. Al técnico que lo dejen tranquilo, que lo dejen trabajar".

SOLO UNA BAJA Para este domingo, Angel Marcos solo tendrá una baja --si no hay ningún percance durante la semana-- y 18 jugadores disponibles, toda una novedad para un equipo que la última vez que jugó en el Príncipe Felipe tuvo que recurrir a dos juveniles para completar la convocatoria. Solo faltará Valverde, que ayer empezó una recuperación que durará dos o tres semanas. Recupera el técnico al sancionado Leo Ramírez y al lesionado Antonio Amaro, ausente las dos últimas jornadas.

En El Plantío de Burgos el Cacereño volvió a evidenciar su falta de 'punch'. Hizo un partido muy serio e incluso fue superior a su rival, pero el gol se le sigue resistiendo. Solo dos tantos en el 2016 (siete jornadas) dejan bastante claro cuál es su problema. Collado, que volvió tras dos semanas sin jugar, primero por los problemas con la federación y después por motivos personales, "estuvo bien", cono Josete Abarca, que jugó de titular con apenas un par de entrenamientos junto a sus nuevos compañeros. Zubi, como se esperaba, también volvió a transmitir buenas sensaciones e Ismael Athuman se defendió jugando en el doble pivote junto a Aarón. Ahora falta conectar bien todos los engranajes, que funcionen y permitan a la afición verde volver a ver un gol de los suyos. La última vez que eso sucedió fue el 3 de enero, cuando Mansilla marcó al Izarra un gol que no sirvió para ganar el partido (1-2).