Tres fichajes, tres. De golpe. Dos de ellos, con pasado en clubs importantes de la Primera División francesa. La otra contratación en forma de cesión es una joven perla de la cantera del Sevilla. ¿Qué pretende el Cacereño con este inesperado triple movimiento? ¿Un golpe de efecto? ¿Una huida hacia adelante? ¿Ambición ilimitada? ¿Completar, sin más, la plantilla? Hay versiones para todos los gustos, pero en la entidad impera la de la ambición de intentar estar entre los cuatro primeros.

Tal y como informó ayer este diario, el CPC inscribirá antes del cierre del mercado a los atacantes guineanos Fodé Mansaré (con pasado exitoso, entre otros clubs, en el Tolousse) e Ibrahima Bongoura (Le Mans), además de al defensa-centrocampista sevillista Dani Pérez.

La apuesta es contundente por lo llamativo de la misma y por el significado y el mensaje que lleva intrínseca. Está claro que el Cacereño quiere ilusionar a su afición redondeando un equipo con la mira puesta en estar entre los cuatro primeros de la clasificación. Aunque no se ponga como principal objetivo, en el club verde así lo piensan. Los mensajes de prudencia solamente se expresan públicamente.

El partido de hoy ante el Ecija e incluso el debate sobre la idoneidad del campo de El Cuartillo han quedado en un segundo plano teniendo en cuenta la magnitud de la operación, que confirmó ayer el club verde en medio de la sorpresa general.

YA EN EL CAMPO Los dos futbolistas africanos entrenaron con el equipo. Hay acuerdo ya, confirmado por el jefe de prensa de la entidad, José Luis Leo. Para él, es "un golpe de efecto" firmar a estos tres futbolistas para, dijo, completar el equipo "e ilusionar a la afición".

El entrenador, Angel Marcos, se mostró más comedido. Tras verlos in situ en el entrenamiento, dijo que aún no se les puede juzgar en toda su dimensión. "Si se pueden tener algunas alternativas más, está bien, será más completa la plantilla". Aun así, dijo que sigue confiando en los hombres con los que ha realizado la pretemporada y ha iniciado el campeonato. "Tenemos el trabajo hecho y hemos estado preparando el partido ante el Ecija, con lo que poco se puede ver", apuntó.

"Es una oportunidad que se le ha planteado al club y el tiempo dirá. Lo normal es que, por calidad, funcionen", aseguró. Aun así, explicó que solamente jugarían en el equipo "si superan a los que ya están. Si no, no nos vale", manifestó Marcos, quien insistió en que está muy contento con su grupo. "Las puertas siempre están abiertas, teníamos unas cuantas fichas libres y no me planteo más allá".

El movimiento del club, afirmó, hay que verlo siempre en clave positiva. "Si vienen para reforzar al equipo, mejor. A ver si dan ese nivel que esperamos y podemos potenciar la plantilla", deseó el entrenador.

Minutos después de terminar la rueda de prensa del técnico llegaron al Marca Sport Café los protagonistas. Muy afables, saludaron a todos y se mostraron deseosos de triunfar en el Cacereño. Mansaré, que el día 3 cumplirá 32 años, ha superado una grave lesión que, en 2011, le apartó del Tolousse, club que pagó 9 millones de euros varios años antes al Montpellier. Este extremo llega avalado por ese historial de jugador importante de la Primera gala, además de por su condición de internacional, con 25 partidos y 9 goles.

Su compatriota, el también media punta guineano Ibrahima Bangoura (30 años) igualmente ha lucido en la selección y en el fútbol francés y en sus aventuras en distintas ligas, como la Primera griega (su último club ha sido el Iraklis). Sorprende ahora que haya entrenado en el Ecija, rival hoy, esta pretemporada.

El acuerdo con el central y medio defensivo Dani Pérez (20 años, procede del Sevilla Atlético) también está cerrado. Previsiblemente se incorporará a la disciplina del equipo a principios de la próxima semana. El club hispalense lo cederá al Cacereño en una operación económicamente ventajosa para la entidad extremeña, según el club.