A lo largo de su amplia trayectoria como fabricante, Fiat siempre se ha distinguido por una particular atención hacia los modelos compactos. En esta categoría, la marca italiana se ha labrado una reconocida y merecida fama de saber hacer coches. Basta echar una mirada en su lista de modelos para encontrar a varios de ellos que han alcanzado cifras millonarias tanto en la producción como en la venta, no solo en Italia, sino también en buena parte del mundo.

Curiosamente, cada vez que la marca italiana ha intentado entrar en algún segmento superior a los cuatro metros y medio, la respuesta no ha sido tan contundente como con los modelos pequeños.

El Fiat Punto es uno de esos que llevan el sello triunfador. Sucesor en su día del Uno, otro millonario en ventas, ya ha vivido dos generaciones bien remarcables.

La primera le valió la denominación de Grande Punto, como expresión de lo que representaba y la segunda ha sido bautizada como Punto Evo como exponente del salto evolutivo que experimenta el modelo. Es una evolución estética, si, y también un salto cualitativo pero lo más importante no se ve, aunque se nota.

BUENAS SENSACIONES Precisamente debajo del capó frontal se esconde el ±alma materO de esta versión que hemos probado y que es toda una novedad. Se trata del motor 1.4 Turbo que incorpora la tecnología Multiair que consiste en disponer de la distribución electrohidráulica para las válvulas de admisión. El objetivo no es otro que ofrecer mejores prestaciones rebajando a la vez tanto las emisiones como en los consumos.

Es un motor que hasta las 1.800 vueltas parece algo ±dormidoO pero la entrada en acción del turbo por encima de ese régimen, es más que evidente aunque sin grandes tirones o reacciones bruscas, acelerando de manera muy progresiva. Tiene una buena respuesta al acelerador y también una buena capacidad de recuperación y todo ello con unos niveles acústicos que se hacen bastante evidentes así como también el ruido de rodadura.

Si en carretera es un motor que ofrece posibilidades, en ciudad, con el sistema de parada-arranque automático que monta de serie, garantiza el ahorro energético que se refleja en consumos y emisiones. La caja de cambios, manual y con un tacto un tanto particular y de largo recorrido de palanca, es de cinco velocidades y aquí es donde se echa de menos que esta versión por sus características, no disponga de una sexta. Por lo que respecta a los consumos, las cifras son muy aceptables, en todas las mediciones.

GRADO SUPERIOR El significado de evolución es algo que ya se puede apreciar en esta nueva generación tanto en la estética, más actualizada, como en el interior, donde a simple vista ya se ve que hay un salto cualitativo tanto en presentación como en materiales y acabados y equipamiento. El diseño del salpicadero nos resulta más que familiar ya que hay elementos que se asemejan al del Bravo; el cuadro de instrumentos es de fácil lectura pero aunque hay una cúpula por encima, se registran molestos reflejos con la luz solar.

Nuestra versión es la de cinco puertas lo que facilita el acceso a las plazas traseras. Homologado para cinco plazas, atrás pueden acomodarse, si llega el caso y la necesidad, tres adultos pero a sabiendas que el de la plaza central va a ir incómodo ya que no tiene configurado un asiento propiamente dicho. Con todo, la anchura es bastante aceptable y hay espacio tanto para las rodillas como altura libre al techo.

Las plazas delanteras son amplias y confortables, con unos asientos que recogen bastante bien el cuerpo. La posición de conducción es buena ya que hay diferentes reglajes de volante y asiento pero la regulación de altura de los cinturones es fija, lo que no deja de ser una molestia para aquellos que miden por debajo de 1,70 metros y no quieren ir con el asiento arriba de todo. La visibilidad es buena en todos los ángulos pero por si acaso, la versión Emotion de nuestro coche lleva de serie el sensor de aparcamiento que siempre es una ayuda. El equipamiento de serie es muy bueno y considerando el descuento promocional que hay, la relación precio-producto es interesante. Hay huecos para guardar objetos, además de la guantera. Por lo que respecta al maletero, ofrece una buena capacidad; debajo del piso aunque hay espacio suficiente para una rueda de repuesto de emergencia (hay que pagar por ella) se ha dispuesto el kit antipinchazos.

SIN NOVEDADES Dinámicamente, esta generación del Punto hereda todo lo que tenía la anterior. Las suspensiones, bien equilibradas, trabajan bien garantizando una buena estabilidad y un buen paso por curva. Absorben bien las irregularidades del terreno, aunque particularmente no rehusaríamos unos reglajes de muelles y amortiguadores un poquito más firmes para contener mejor la carrocería. Los frenos se muestran eficaces, con un pedal que es bastante progresivo, en tanto que la dirección, de tacto muy preciso, es también muy directa, lo que facilita bastante la maniobra en terreno virado.